Hambre emocional: 7 remedios para combatirla

Hambre emocional: 7 remedios para combatirla

Fecha de publicación: 29-04-2021

Actualizado en: 01-03-2023

Asunto: Nutrición

Tiempo estimado de lectura: 1 min

El hambre emocional es un trastorno relacionado con la alimentación que aumentó durante la pandemia. Nuestro experto explica cómo se desarrolla y cómo combatirla.

No siempre comemos para saciar el hambre. Muchos de nosotros utilizamos la comida para aliviar el estrés, la ansiedad, la tristeza, la soledad o el aburrimiento, cayendo en lo que se llama "hambre emocional". Un trastorno ya muy extendido que se ha incrementado desde el inicio de la emergencia COVID-19.

La imposibilidad de salir de casa, un cambio brusco de nuestra rutina, el tener que pasar mucho tiempo solos o con las mismas personas, la acumulación de emociones desagradables, la falta de alivio emocional han llevado a muchas personas a buscar la salvación en la comida.

Un estudio realizado en el King's College de Londres y publicado en The Lancet reveló que el encierro provocaba un aumento de las recaídas o el empeoramiento de los casos de hambre emocional, pero también de la aparición de este trastorno en quienes nunca lo habían sufrido.

La Dra. Marta Colombo, psicóloga del Policlínico San Marco y del Centro de Cirugía Bariátrica de la misma estructura, explica qué desencadena el hambre nerviosa, cómo controlarla y cómo distinguirla de un hambre física.

¿Qué es el hambre emocional?

El Dr. Colombo explica:

"Podemos hablar de hambre emocional cuando la sensación de apetito está provocada por nuestro estado emocional, como por ejemplo:

  • ira,
  • aburrimiento,
  • estrés,
  • soledad,
  • tensión,
  • fatiga,
  • ansiedad o depresión.

No depende del deseo fisiológico de alimentarse, como ocurre con el hambre física. La alimentación tiene una función biológica esencial para el organismo, ya que nos aporta todo lo que necesitamos para estar vivos: azúcares, proteínas, grasas. También es importante subrayar que una alimentación adecuada es una gran ayuda para conseguir un equilibrio físico y mental saludable. Pero cuando utilizamos la comida como un remedio con el que intentamos calmar emociones desagradables o llenar un vacío, entonces enfrentamos un hambre emocional".

¿Cómo distinguir el hambre física de la emocional?

"Hay una serie de características que pueden ayudarnos a reconocer si lo que estamos experimentando es hambre física o emocional", continúa el psicólogo.

Características del hambre física

Podemos reconocer el hambre física por estas características:

  • viene gradualmente y puede ser pospuesto;
  • - puede satisfacerse con comida;
  • - no provoca un sentimiento de culpa;
  • - una vez que se ha satisfecho el hambre, se detiene;
  • - se basa en la necesidad de comer.

Características del hambre emocional

Estos son los elementos distintivos del hambre emocional:

  • es repentina y urgente;
  • es insistente;
  • es muy específica en la elección de alimentos (pizza, helado, etc.);
  • lleva a la culpabilidad;
  • no desaparece después de comer;
  • no somos plenamente conscientes de ello.

 

El círculo vicioso: emociones y comida

"Comer puede parecer una solución fácil para gestionar las emociones, pero en realidad no ayuda. Comer en exceso puede provocar un aumento de peso, lo que a su vez genera culpa e insatisfacción con el propio cuerpo. Las emociones desagradables que surgen empujan a la persona a buscar consuelo, es decir, a volver a comer, y así se cae en un círculo vicioso destructivo", dice el experto.

7 remedios para el hambre nerviosa

"Seguir estos consejos puede ayudarte a evitar el círculo vicioso del hambre emocional:

  • Comer de forma saludable y consciente:
    • sentarse a la mesa con apetito, pero sin hambre; hacer 5 comidas al día, empezar con una ración pequeña, utilizar platos de tamaño medio o pequeño;
    • centrarse en el sabor, el olor y los colores del plato, intentar identificar todos los ingredientes;
    • tomar bocados pequeños;
    • dejar el teléfono móvil y apagar la televisión;
    • masticar cada bocado unas 20-40 veces; esto le permitirá sentir todos los sabores de la comida.
  • Empiece a llevar un diario de comidas, donde indique qué ha comido, a qué hora y en qué cantidades, especificando sobre todo cómo se ha sentido después. Si se da cuenta de que come cuando está estresado, triste o aburrido, podría ser hambre emocional.
  • Escuche a su estómago y preste atención a cómo se siente, si está lleno, medio lleno o vacío y a sus sensaciones cuando tiene ganas de llenarlo.
  • Pida ayuda a sus familiares, amigos, grupos de apoyo y, sobre todo, a un especialista. Es más fácil sucumbir al hambre emocional si se carece de una buena red de apoyo. Apoyarse en un especialista es una solución válida para aprender a afrontar los momentos difíciles, ser consciente y reconocer tus emociones.
  • Combata el aburrimiento evitando picar cuando no se tiene hambre, pero poniendo en práctica conductas saludables o gratificantes, como dar un paseo, ver una película, jugar con la mascota, escuchar música, leer, llamar a un amigo, etc.
  • Elimine las tentaciones. No tenga alimentos poco saludables en casa, no vaya a comprar al supermercado cuando tenga hambre o esté enfadado o estresado.
  • Concéntrese en los cambios positivos resultantes de unos hábitos alimentarios más saludables y en el reconocimiento de la sensación de saciedad. Esto puede ayudar a reforzar la autoestima y a aceptar su cuerpo", explica el Dr. Colombo.

 

¿Cuándo acudir a un especialista?

"Un recorrido psicoterapéutico y educativo puede ayudar a descubrir si existe una relación conflictiva con la comida y cómo gestionarla. En particular, la consulta con un especialista puede ser decisiva si:

  • ha intentado controlar el hambre emocional sin resultados;
  • no puede distinguir claramente la sensación de hambre física;
  • confunde las emociones con el deseo de llenarse de comida".

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