Salud de ojos: cómo protegerlos en invierno

"El ojo es un órgano muy rico en vasos sanguíneos, terminaciones nerviosas que tienen una membrana mucosa (conjuntiva) que siempre está expuesta. En el interior del ojo circula seis veces más sangre que en un riñón. Esta característica permite que los virus entren en circulación muy rápidamente a través de la conjuntiva ocular y del párpado, dando lugar a diferentes síntomas según el tipo de virus.

En el caso del virus SARS-CoV-2 se ha demostrado que es capaz de replicarse en la conjuntiva. Esto demuestra que los ojos representan tanto una puerta de entrada como de salida para los virus y, por tanto, una fuente potencial de contagio. Protegerlos es esencial", explica el Dr. Savaresi.

"Para contrarrestar el riesgo de contagio, pero también para preservar todo el aparato ocular (córnea, cristalino y retina) y también la vista, es imprescindible llevar gafas de sol envolventes y lentes de protección, esenciales para proteger contra los rayos solares. Éstas deben llevarse no sólo en verano, sino durante todo el año. También las gafas con lentes protectoras son esenciales para prevenir la aparición de trastornos oculares importantes, tal como recomienda la Sociedad Científica Italiana de Oftalmología", continúa el Dr. Savaresi.

"En este momento histórico, es importante prestar la máxima atención a la higiene no sólo de las manos, sino también de los ojos. La higiene ocular es crucial para reducir significativamente las infecciones de este órgano precioso.

En particular, es esencial evitar algunos malos hábitos que, además de comprometer la salud ocular, pueden afectar al riesgo de propagación del virus:

• desmaquillarse correctamente al final del día;
• no frotar los párpados con las manos sin lavar.

Otra regla de oro es la hidratación: usar gotas para los ojos con regularidad, beber mucha agua en pequeños sorbos a lo largo del día", explica el Dr. Savaresi.

"La salud ocular también se preserva consumiendo alimentos ricos en sustancias preciosas para reforzar el sistema inmunitario, por ejemplo:

• todos los alimentos ricos en vitaminas A y C, como kiwi, cítricos, cerezas y arándanos;
• pescado azul;
• bacalao;
• salmón salvaje de Alaska;
• mayoría de las verduras.

Además, es bueno tomar las cantidades adecuadas de omega-3 y omega-6, estas sustancias participan en la formación de la porción lipídica de la película lagrimal, que es la sustancia que protege e hidrata la córnea, permitiendo una mejor función de barrera frente a los agentes externos.

Si es necesario, se pueden asociar probióticos (fermentos lácticos), que son moduladores de los procesos inflamatorios y actúan a nivel de la microbiota intestinal (conjunto de microorganismos que "viven" en el intestino y favorecen la digestión y crean una barrera contra los microbios y previenen trastornos gastrointestinales)".

Para contrarrestar los trastornos de la retina y la mácula (parte central de la retina), es importante consumir:

• Astaxantina, que defiende contra los daños inducidos por los rayos ultravioleta y ha demostrado mejorar significativamente la microcirculación ocular;
• carotenoides como luteína y zeaxantina, que sirven de escudo y absorben el componente dañino de los rayos solares;
• Zinc, que contrarresta la progresión de la degeneración de la mácula relacionada con la edad (una enfermedad de envejecimiento que afecta a la mácula), especialmente en sus primeras fases.