Insuficiencia cardíaca

¿Qué es?

Es un síndrome complejo por el que el corazón se debilita y su actividad se vuelve insuficiente para el organismo.

Si se producen daños irreversibles en el corazón, el propio corazón y todo el sistema cardiovascular se adaptan poniendo en marcha mecanismos de compensación. Si estos intentos también fracasan, aparece la insuficiencia cardíaca crónica. Sin una reserva funcional adecuada, el corazón se desestabiliza y no responde eficazmente a las demandas metabólicas de los órganos. Estas desestabilizaciones pueden comprometer la función residual del corazón y agravar aún más la situación.

A pesar de los recientes avances en la comprensión de los mecanismos fisiopatológicos y el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas, el pronóstico de la insuficiencia cardíaca crónica es comparable al de las enfermedades malignas, con una tasa de mortalidad todavía elevada.

Si la enfermedad se trata y se controla de forma temprana, todavía se pueden conseguir resultados satisfactorios del tratamiento.

Causas y factores de riesgo

La insuficiencia cardíaca crónica es un problema de salud creciente: afecta al 1-2% de la población en los países occidentales y sigue teniendo una elevada tasa de mortalidad a pesar de los avances en la comprensión de las causas y en el desarrollo de nuevas terapias.

  • infarto previo;
  • efectos tóxicos;
  • complicaciones infecciosas;
  • reacciones adversas a los medicamentos.

A veces, lo que provoca el debilitamiento del corazón son sus válvulas, que pierden la integridad anatómica o se estrechan en exceso, resultando insuficientes.

¿Cuáles son los síntomas?

  • debilidad (astenia);
  • reducción de la diuresis (oliguria) y necesidad de orinar más a menudo por la noche (nicturia);
  • acumulación de líquido en todo el cuerpo (edema);
  • palpitaciones (arritmias);
  • dificultad para respirar (disnea);
  • necesidad en más almohadas para dormir (ortopnea).

¿Cómo se diagnostica?

Exámenes sugeridos

¿Cómo se trata?

Mediante un programa que combina la medicación con un cambio de estilo de vida y de hábitos.

Los medicamentos tienen por objetivo:

  • eliminar el exceso de líquido que se acumula en los pulmones y provoca la hinchazón de los pies;
  • mejorar la circulación sanguínea dilatando las arterias y reduciendo así la carga de trabajo del corazón;
  • mejorar la capacidad de bombeo del corazón;
  • prevenir los trastornos del ritmo cardíaco o los latidos irregulares;
  • prevenir los coágulos de sangre.

Es bueno comer poca sal porque puede provocar retención de líquidos. Se recomiendan los alimentos sin sodio o bajos en sodio y es bueno pesarse regularmente. Un rápido aumento de peso puede indicar retención de líquidos. En este caso, sería útil una revisión con su cardiólogo.

Las causas de la descompensación raramente pueden eliminarse. Por lo tanto, la mejor estrategia sigue siendo la prevención, a través de:

  • control de la presión arterial;
  • control y tratamiento de la cardiopatía isquémica y reumática;
  • corrección de defectos valvulares;
  • control de los factores de riesgo (por ejemplo, el tabaquismo o el alcohol);
  • estimulación de la actividad física.

Cuando el daño es irreversible, resulta esencial preservar la parte sana del corazón, manteniendo su capacidad funcional el mayor tiempo posible y evitando una demanda funcional excesiva.

Para los pacientes con insuficiencia cardíaca crónica refractaria, el trasplante de corazón es actualmente el único remedio que puede mejorar sustancialmente el pronóstico a largo plazo. En caso de no ser apto para el trasplante, como suele ocurrir, se puede recurrir a soluciones alternativas según el caso: farmacoterapia, terapias quirúrgicas o incluso ultrafiltración, un tratamiento para eliminar el exceso de líquido en pacientes con insuficiencia cardíaca que se han vuelto resistentes a los diuréticos.

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Procedimientos sugeridos

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