Cáncer de esófago

¿Qué es?

El cáncer de esófago es una neoplasia rara, con una incidencia global de unos 3-4 casos/100.000 habitantes. La incidencia aumenta progresivamente a partir de los 45-50 años y la edad media es de unos 66 años. El sitio primario del carcinoma esofágico puede ser: 1/3 superior en el 10-15%, 1/3 medio en el 50-60% y 30-35% en la parte inferior del esófago. Los cánceres más frecuentes del esófago son el carcinoma de células escamosas o el carcinoma epidermoide, que se origina en las células escamosas que recubren la pared interna del esófago (más frecuente en la porción superior 15% y media 50% pero puede surgir en todo el esófago); El adenocarcinoma, en cambio, se origina en las células de las glándulas productoras de moco (más frecuente en la porción inferior del esófago 35%); entre los tumores raros se encuentran el GIST ("tumor del estroma gastrointestinal"), los tumores neuroendocrinos, los sarcomas, los leiomiosarcomas, los linfomas, el carcinoma de células pequeñas y el carcinoma de células en anillo biselado.

Los factores principales de riesgo son: el tabaquismo, la ingesta de alcohol, el reflujo ácido gastroesofágico y/o el esófago de Barrett (una afección en la que las células que recubren la parte inferior del esófago son sustituidas por células de tipo glandular, que son más resistentes al entorno ácido pero que pueden dar lugar al desarrollo de un tumor con un riesgo que se multiplica hasta 30 veces), la acalasia, la tilosis, la silicosis, la dieta deficiente. En la actualidad, el adenocarcinoma es más frecuente en los países occidentales y se cree que el aumento de la incidencia se debe principalmente a la mayor frecuencia del reflujo gastroesofágico y el consiguiente esófago de Barrett.

¿Cuáles son los síntomas?

El síntoma más frecuente es el dolor o la dificultad para tragar los alimentos (disfagia) y la pérdida de peso. Otros síntomas al inicio pueden ser reflujo gastroesofágico, regurgitación, vómitos y anemia.

  • dificultad para tragar los alimentos
  • pérdida de peso
  • reflujo gastroesofágico
  • regurgitación
  • vómitos
  • anemia

¿Cómo se diagnostica?

Los medios de diagnóstico más utilizados son el esofagograma y la endoscopia con biopsia. Una vez realizado el diagnóstico, es importante evaluar la extensión del tumor dentro del esófago o a otras partes del cuerpo (estadificación) mediante los medios siguientes de diagnóstico:

  • ecoendoscopia para evaluar la extensión del tumor en profundidad en las distintas tonalidades de las vísceras y la afectación de los ganglios linfáticos peresofágicos;
  • TAC de abdomen y tórax con medio de contraste para verificar la localización de la enfermedad en los ganglios linfáticos o la diseminación a distancia (hígado, pulmón y estructuras adyacentes a la pared esofágica);
  • PET (tomografía por emisión de positrones) para revelar la presencia de células neoplásicas en órganos distantes mediante la captura de moléculas radiactivas de glucosa;
  • broncoscopia para evaluar una posible afectación del árbol bronquial;
  • laparoscopia para comprobar la propagación de pequeños nódulos al peritoneo o tomar muestras de biopsia.

Exámenes sugeridos

¿Cómo se trata?

El tratamiento estándar más común es la esofagectomía. Se realiza bajo anestesia general y consiste en la resección casi completa del esófago por una vía combinada abdominal, torácica y cervical. La continuidad del aparato digestivo se restablece suturando el esófago a nivel del cuello con el estómago (más raramente con el colon), que se prepara adecuadamente mediante una operación abdominal.  También se realiza una estadificación de la enfermedad, que incluye la extirpación de los ganglios linfáticos más cercanos a las vísceras para su examen histológico, lo que es especialmente importante para las decisiones terapéuticas posteriores.

Este procedimiento puede realizarse con una incisión abdominal y torácica clásica (llamadas laparotomía y toracotomía, respectivamente) o mediante laparoscopia o toracoscopia, procedimientos que permiten un menor dolor en el postoperatorio y una recuperación más rápida.

Otras modalidades de tratamiento que pueden utilizarse de forma individual, combinada o secuencial en función del estadio del tumor son

  • radioterapia combinada con quimioterapia preoperatoria en la enfermedad localmente avanzada o con intención radical en los casos de enfermedad inoperable debido a las características del lugar o del paciente.
  • quimioterapia exclusiva en la enfermedad metastásica;
  • tratamiento local con láser o electrocoagulación;
  • colocación de endoprótesis endoscópicas con fines paliativos en la enfermedad metastásica.

Procedimientos sugeridos

¿Dónde lo tratamos?

En el Grupo San Donato, puede encontrar :especialistas en afecciones en estos departamentos:

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