Prótesis unicompartimental: la respuesta a la gonartrosis

Prótesis unicompartimental: la respuesta a la gonartrosis

Fecha de publicación: 10-08-2022

Actualizado en: 28-04-2023

Asunto: Ortopedia

Tiempo estimado de lectura: 1 min

Hay muchas personas que se ven afectadas de forma significativa por la gonartrosis o artrosis de rodilla. Se trata de una enfermedad degenerativa que comienza con la inflamación de la articulación (artritis) que va adelgazando las capas del cartílago articular.

Como resultado del proceso degenerativo, los huesos de las rodillas, desprovistos de cartílago, empiezan a rozar entre sí al moverse. La artritis degenerativa de la rodilla provoca un importante deterioro de la calidad de vida, hasta el punto de que la gonartrosis puede definirse como una enfermedad incapacitante.

Hoy en día la mejor solución a la gonartrosis es la prótesis unicompartimental, sobre la que hablamos con el Dr. Michele Massaro, director del centro OPRAM del Instituto Ortopédico Galeazzi de Milán y del Policlínico San Pietro de Bérgamo, experto en artroplastia de cadera y rodilla mínimamente invasiva.

"En mi actividad como cirujano aplico la prótesis unicompartimental en aproximadamente el 70% de los casos de gonartrosis. Sin embargo, sólo en el 30% restante sugiero la prótesis total", afirma el experto.

¿Qué es la prótesis unicompartimental de rodilla?

Durante el proceso degenerativo debido a la artrosis, el cartílago que protege los huesos del roce se va adelgazando.

"En la mayoría de los casos el adelgazamiento del cartílago se produce en un solo sector, por lo que se recomienda una prótesis unicompartimental. Se trata de una intervención mínimamente invasiva en la que sólo se sustituye la parte dañada de la rodilla con un pequeño implante", explica el especialista.

En este caso, se trata de una sustitución parcial de la rodilla en una de sus tres articulaciones:

  • femororotubular: se encuentra en la parte anterior de la rodilla, entre la rótula y el fémur;
  • femorotibial medial: está incluida en la parte interna de la rodilla;
  • femorotibial lateral: reside en la parte externa de la articulación.

Al sustituir sólo una parte de la rodilla, evitando así una sustitución total de la articulación, la cirugía será menos invasiva y el paciente tendrá unos tiempos de recuperación mucho más rápidos.

¿En qué consiste la intervención?

"Se realizan manipulaciones en el compartimento dañado para reconstruir las partes dañadas con un implante de una aleación de titanio y polietileno de muy alta densidad. Gracias a estos materiales ultramodernos y tecnológicos es posible recrear la forma nativa de la rodilla. De este modo, se conservan los cartílagos, huesos y ligamentos sanos.

Con este tipo de intervención se obtienen resultados muy satisfactorios en la mayoría de los casos. La tasa de éxito de la prótesis unicompartimental de rodilla es, de hecho, muy alta y nos permite alcanzar:

  • una recuperación más rápida,
  • menor pérdida de sangre,
  • menos síntomas dolorosos después de la cirugía.

La endoprótesis unicompartimental como tal no tiene desventajas. Sin embargo, si la artrosis se ha extendido a otras partes de la rodilla, una prótesis de rodilla unicompartimental sólo aliviará parcialmente la situación. La elección del tipo de intervención debe hacerla el ortopedista, que es quien mejor debe valorar el caso individual de cada paciente", continúa el Dr. Michele Massaro.

¿Quién puede someterse a la operación?

Aunque la artrosis se haya desarrollado en un solo compartimento de la rodilla, no todos los pacientes son aptos para este tipo de cirugía.

"Hay pacientes aquejados de artrosis reumática inflamatoria crónica para los que no recomendamos este tipo de intervención, así como en casos de gran rigidez de la rodilla y de ligamentos dañados. El paciente ideal para este tipo de cirugía debe seleccionarse cuidadosamente sobre la base de todos los exámenes médicos necesarios."

La evaluación ortopédica

Una base fundamental para cualquier intervención es la evaluación exhaustiva por parte de un traumatólogo competente.

"El traumatólogo debe evaluar primero la historia clínica del paciente, teniendo en cuenta su estado de salud general. Posteriormente, el ortopedista también mide el nivel de dolor y el grado de funcionalidad de la rodilla:

  • si el dolor se concentra en una sola de las partes afectadas (externa, interna o anterior) el paciente puede ser candidato a la prótesis unicompartimental de rodilla;
  • si el dolor se produce en todas las partes de la rodilla, probablemente sea más apropiada una sustitución articular total".

Tras identificar la zona afectada por el dolor, el ortopedista realiza una exploración física para evaluar la movilidad de la rodilla y el estado de los ligamentos. En caso de fragilidad o lesión de los ligamentos y un alto grado de rigidez de la rodilla, lo más probable es que se sugiera una prótesis total de rodilla.

Una vez que el ortopedista tiene una idea de la funcionalidad de la rodilla, es necesario realizar un examen diagnóstico inicial mediante radiografías, con el fin de evaluar el alcance del daño presente. En algunos casos, los cirujanos solicitan también una investigación diagnóstica más profunda mediante una resonancia magnética, para evaluar el estado del cartílago y los ligamentos.

Intervención paso a paso

Además de utilizar un método mínimamente invasivo, también nos esforzamos por reducir el tiempo que el paciente tendrá que pasar en el hospital y para ello se han desarrollado procedimientos ultrarrápidos.

La hospitalización se realiza el mismo día de la intervención. La anestesia se realiza administrando dosis bajas de opiáceos para garantizar una recuperación más rápida.

La intervención en sí suele durar menos de una hora y no consiste en procedimientos especialmente traumáticos. Durante la cirugía se utiliza un robot para colocar el implante con mayor precisión y, por lo tanto, alcanzar un mayor nivel de funcionalidad articular tras la recuperación.

Se realiza una incisión en la parte anterior de la articulación de la rodilla, a través de la cual se analiza el estado de los ligamentos y las partes de la rodilla, y se confirma "in situ" la sustitución unicompartimental.

Es decir, si el diagnóstico se confirma al inicio de la intervención, los médicos proceden a la sustitución parcial de la articulación de la rodilla. En caso contrario, se puede cambiar el plan y realizar una sustitución total de la rodilla. Esta posibilidad se discutirá con el paciente antes de la operación para obtener su consentimiento.

"Siempre elijo un mejor tratamiento para el paciente, posiblemente sin recurrir a la cirugía. Cuando surge la necesidad de una intervención quirúrgica, trato de ser lo menos invasivo posible y utilizo un robot para asistirme durante el procedimiento. Siempre recomiendo la opción terapéutica más adecuada, aunque no sea la que prefiera el paciente", explica el Dr. Massaro.

La primera fase de la operación es la de la preparación del hueso: se procesa milimétricamente el cartílago residual del compartimento dañado y luego se sustituye éste y el hueso por revestimientos metálicos que recrean la superficie de la articulación.

Entre los dos componentes metálicos se coloca un inserto de polietileno de muy alta densidad para crear una superficie impecable: lisa y deslizante. En esta fase, el cirujano evalúa el grosor del inserto para adaptarlo al volumen del cartílago original.

Periodo postoperatorio

El paciente se despierta en la sala de recuperación, donde se le retira gradualmente la anestesia y se le toma una radiografía de control, tras lo cual es trasladado a la sala.

Después de un reemplazo parcial de rodilla, los pacientes experimentan menos dolor en el período postoperatorio, en comparación con un reemplazo total de rodilla. Menos dolor y menos hinchazón suelen conducir a una recuperación más rápida y a resultados óptimos: los pacientes suelen volver a casa entre 1 y 3 días después de la intervención.

Los síntomas asociados al dolor pueden controlarse con la ayuda de fármacos prescritos por el médico. El control del dolor es importante para mejorar el estado psicológico del paciente, ya que contribuye a su implicación en la rehabilitación.

Es necesario realizar los ejercicios de rehabilitación recomendados por un fisioterapeuta para restablecer todas las funciones y la máxima fuerza articular lo antes posible.

El cirujano ortopédico puede sugerir el uso de un bastón o muletas durante los primeros días después de la operación. Sin embargo, el paciente puede cargar el peso en la rodilla inmediatamente sin ningún temor.

Tras la cirugía, se programarán visitas periódicas al paciente para evaluar el proceso de recuperación de la articulación operada.

Los resultados y el periodo de recuperación son muy subjetivos, normalmente los pacientes vuelven a sus actividades normales en las 6 semanas siguientes a la cirugía de rodilla única.

Posibles complicaciones

Como todas las intervenciones, este tipo de cirugía tiene varias complicaciones posibles, aunque con una probabilidad baja. El cirujano ortopédico debe informar al paciente sobre los posibles riesgos, así como ilustrar las medidas específicas que se tomarán para evitarlos.

Es posible la formación de un coágulo de sangre en las venas de las piernas, para lo cual se administran anticoagulantes, como la heparina de bajo peso molecular.

Como en cualquier intervención quirúrgica, existe la posibilidad de que se produzca una infección de la herida, que suele evitarse con antibióticos.

También hay que tener en cuenta los riesgos asociados a la anestesia, aunque, como ya hemos mencionado, se intenta minimizar el uso de opiáceos.

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