Reflujo gastroesofágico: causas y remedios

Reflujo gastroesofágico: causas y remedios

Fecha de publicación: 01-03-2023

Actualizado en: 02-03-2023

Asunto: Gastroenterología

Tiempo estimado de lectura: 1 min

El reflujo gastroesofágico es un trastorno muy frecuente, ocasional o crónico, que se produce cuando el ácido del estómago retrocede hacia el esófago provocando normalmente ardor detrás del esternón y regurgitación ácida.

Esta situación se produce especialmente con comidas excesivamente copiosas y elaboradas, en posición supina o doblando la parte superior del cuerpo y puede ir acompañada de acidez y pesadez de estómago. En algunas ocasiones, los síntomas de esta enfermedad pueden afectar a otros sistemas y, por tanto, ser difíciles de interpretar.

En la mayoría de los casos, no se trata de una enfermedad grave, pero es importante diagnosticarla y tratarla correctamente para evitar consecuencias más graves. Hablamos de ello con el Dr. Ugo Elmore, director del programa de Cirugía Oncológica y Mínimamente Invasiva del aparato digestivo y el peritoneo de la Unidad Operativa de Cirugía Gastroenterológica del Hospital IRCCS San Raffaele, dirigida por el Prof. Riccardo Rosati.

¿Qué es la enfermedad por reflujo gastroesofágico?

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) es el conjunto de síntomas y complicaciones causados por el ascenso del contenido gástrico al esófago.

El paso entre el esófago y el estómago está regulado por la presencia de una compleja región anatómica y funcional denominada unión esófago-gástrica, que actúa como una válvula. En los sujetos sanos, esta zona de alta presión permite el tránsito de los alimentos hacia el estómago y limita el aumento del contenido ácido/biliar.

Durante el día, sobre todo después de las comidas, todo el mundo experimenta episodios ocasionales de reflujo "fisiológico", que permanecen completamente asintomáticos y sin consecuencias. Sin embargo, cuando estos eventos se intensifican en cantidad o duración, el paciente puede experimentar dolor, causado por la activación de las terminaciones nerviosas, y la mucosa esofágica puede sufrir daños, más o menos reversibles.  

¿Cuáles son los síntomas?

En la mayoría de los casos, la enfermedad por reflujo gastroesofágico es paucisintomática y puede mantenerse bajo control mediante sencillas medidas dietéticas y de estilo de vida y/o tratamiento médico. En un pequeño porcentaje de casos, sin embargo, se requiere una investigación diagnóstica más amplia.

Los síntomas típicos están representados por:

  • ardor de estómago, es decir, sensación de quemazón en la región comúnmente denominada "boca del estómago" y detrás del esternón, a veces con irradiación posterior y dolor interescapular. Esta sintomatología es similar a la del infarto cardiaco, por lo que siempre hay que descartar en primera instancia problemas cardiológicos;
  • regurgitación, descrita como la percepción de contenido gástrico ascendente en la boca, que provoca una sensación de amargura. 

También existe un amplio espectro de síntomas "atípicos" que suelen ser difíciles de diagnosticar y tratar, entre los que se incluyen: 

  • tos seca,
  • halitosis,
  • asma,
  • molestias en la garganta,
  • ronquera,
  • laringitis.

¿Cuáles son las causas del reflujo?

Nuestro organismo está dotado de diversos sistemas de defensa para contrarrestar el reflujo, pero cuando se rompe el delicado equilibrio entre factores protectores y de apoyo, se produce esta enfermedad.

La causa más frecuente de la enfermedad por reflujo gastroesofágico es la pérdida de función de la barrera esófago-gástrica, que a su vez se debe a un defecto estructural, lo que da lugar a un aumento de la producción de ácido, o a alteraciones de la motilidad esófago-gástrica.

Otros factores favorables o agravantes son:

  • aumento de la presión en el abdomen debido principalmente a la obesidad, estreñimiento, problemas respiratorios, actividades laborales o deportivas;
  • embarazo;
  • posición supina;
  • hernia hiatal, que se produce en asociación con la enfermedad por reflujo gastroesofágico en aproximadamente la mitad de los casos. En este caso, parte del estómago "se desliza" desde el abdomen hacia el tórax, debilitando la acción defensiva de la válvula del esfínter esofágico inferior y favoreciendo el reflujo del contenido gástrico hacia el esófago. 

¿Por qué es importante no subestimar el reflujo?

Es fundamental no subestimar el reflujo y sus complicaciones, ya que la mucosa del esófago, durante la exposición al material ácido/biliar, activa una serie de mecanismos defensivos que llevan a las células a sufrir cambios, un fenómeno denominado en la jerga médica "metaplasia".

La expresión más grave de este fenómeno es el llamado "esófago de Barrett", una lesión que predispone a evolucionar a cáncer de esófago.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad por reflujo?

Los síntomas por sí solos no son suficientes para diagnosticar la MRGE, pero son útiles para sospecharla. Por lo tanto, es necesario comunicárselos al médico para que realice todas las investigaciones necesarias.

Para definir la enfermedad por reflujo gastroesofágico y su grado de gravedad está indicado realizar:

  • Radiografía de tránsito esofágico, estudio radiográfico para visualizar el tracto gastrointestinal superior utilizando medio de contraste por vía oral;
  • Esofagogastroduodenoscopia, realizada con un endoscopio flexible para evaluar directamente la morfología de la unión esófago-gástrica, evaluar la mucosa del esófago y, si es necesario, tomar biopsias.
  • pH-impedanciometría, mediante la cual se coloca una sonda fina por vía transnasal durante 24 horas para calcular el número, el tipo y la extensión del reflujo;
  • manometría esofágica de alta resolución, mediante una fina sonda transnasal equipada con sensores especiales, permite estudiar la motilidad del esófago y del esfínter esofágico inferior.

Remedios contra el reflujo: la importancia de la dieta y el estilo de vida

El primer enfoque consiste en adoptar algunas normas sencillas de comportamiento y alimentación: 

  • mantener un peso normal o perder peso en pacientes con un IMC (índice de masa corporal) > 25;
  • esperar 2-3 horas después de comer antes de acostarse y dormir con la cabeza elevada;
  • evitar las comidas copiosas y ricas en grasas que favorecen la sobredistensión gástrica;
  • evitar, o al menos limitar, la ingesta de alimentos picantes o especiados y de bebidas que contengan chocolate, cafeína o bebidas azucaradas, carbonatadas y alcohol;
  • evitar actividades deportivas que aumenten la presión intraabdominal (por ejemplo, levantar pesas);
  • mantener una buena regularidad intestinal;
  • dejar de fumar.

Tratar el reflujo con medicación

La terapia médica es necesaria en pacientes que no se benefician de la medicación diaria. De las distintas categorías de fármacos, los más extendidos y bien tolerados son los llamados "inhibidores de la bomba (IBP)", que actúan sobre la producción de ácido por la pared del estómago.

Otras categorías de fármacos que pueden utilizarse, incluso combinados, son los "antiácidos", cuya función es neutralizar el ácido del estómago, y los "procinéticos", que aumentan la movilidad de las paredes del esófago y el estómago, favoreciendo así su vaciado.

¿Cuándo se debe consultar a un especialista?

Cuando los 2 enfoques terapéuticos anteriores han resultado ineficaces, se recomienda la cirugía gastroenterológica.

No todos los pacientes con MRGE son candidatos a la cirugía: por lo general, la cirugía se propone a pacientes jóvenes con una larga esperanza de vida, en casos de intolerancia o mal cumplimiento del tratamiento médico, o en presencia de hernias de hiato voluminosas.

Sin embargo, es necesario evaluar cuidadosamente cada caso individual y planificar el abordaje adecuado en cada paciente, después de haber realizado todas las investigaciones indicadas.

¿En qué consiste la intervención quirúrgica?

La cirugía para la MRGE se denomina "fundoplicatura" o cirugía antirreflujo y su objetivo es restaurar la barrera antiácida que funciona mal. Se trata de una intervención quirúrgica de corta duración, que suele realizarse mediante una técnica mínimamente invasiva y que suele requerir unos días de hospitalización. Las variantes técnicas de esta operación se eligen en función de las características de cada paciente y de las preferencias del cirujano.

La operación ofrece buenos resultados en términos de calidad de vida debido al buen control de los síntomas típicos del reflujo y a la prevención de complicaciones como esofagitis grave, úlceras y estenosis esofágicas, hemorragias y lesiones precancerosas.

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