Enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE)

¿Qué es?

Es una condición clínica que se desarrolla cuando el contenido gástrico refluye hacia el esófago, provocando síntomas y/o complicaciones molestas. La aparición de este trastorno puede estar determinada por diversas causas, como una relajación inadecuada transitoria del esfínter que separa el esófago del estómago, una disminución de los mecanismos de defensa del esófago, un aumento de la secreción ácida del estómago o trastornos motores del esófago.

¿Cuáles son los síntomas?

La enfermedad por reflujo gastroesofágico puede presentarse con los llamados síntomas "típicos", como ardor retroesternal, que suele agudizarse por la noche en posición supina, y regurgitación de material ácido en la boca. Incluso, a veces, el dolor retroesternal es tan intenso que es difícil de distinguir del dolor de origen cardíaco. Además, esta afección también puede manifestarse con síntomas definidos como "atípicos" o extraesofágicos, cuya causa puede atribuirse en cualquier caso al aumento de la acidez en el esófago; entre ellos se encuentran asma bronquial no estacional, ronquera crónica, disminución del tono de voz, tos, laringitis crónica, erosión dental y dificultad o el dolor al tragar. También existe una asociación hipotética con la aparición de sinusitis, faringitis y otitis media recurrente.

¿Cómo se diagnostica?

Los exámenes principales que permiten un diagnóstico correcto son un tratamiento de prueba con dispositivos antisecretorios durante un período de al menos 8 semanas, esofagogastroduodenoscopia, que documenta la esofagitis (inflamación esofágica, con erosiones de la mucosa esofágica, que puede tener diferentes grados de gravedad, de A a D) y sus complicaciones (úlceras, estenosis Esófago de Barrett, que requieren tratamiento especializado y vigilancia para evitar una posible progresión a cáncer), manometría esofágica, que estudia la actividad motora del esófago y del esfínter esofágico inferior, y pH-impedancometría de 24 horas, que documenta la exposición real del esófago a material ácido, débilmente ácido o no ácido. Otra prueba que se puede realizar es la radiografia de esófago con bario, en la que se administra al paciente una pequeña cantidad de líquido de contraste blanquecino, que permite visualizar la anatomía y la función del esófago, el estómago y las primeras partes del intestino delgado.

Exámenes sugeridos

¿Cómo se trata?

Las medidas dietéticas y de comportamiento son fundamentales: reducir el peso corporal (especialmente el perímetro abdominal), hacer comidas frecuentes y pequeñas, evitar el exceso de alimentos grasos o fritos, el chocolate, la menta, los tomates, los cítricos, el alcohol, el tabaco, la cafeína, ciertos fármacos (nitratos, antagonistas del calcio); elevar la cabecera de la cama con elevadores (no aumentar el número de almohadas, que podría ser contraproducente); no llevar ropa demasiado ajustada; evitar el esfuerzo con el estómago lleno; evitar acostarse después de las comidas. El paso siguiente incluye fármacos, de diferentes clases, antiácidos, antirreflujo, procinéticos, inhibidores de la secreción ácida gástrica (anti H2 e inhibidores de la bomba de protones). La cirugía antirreflujo es una opción de tratamiento que puede considerarse para pacientes seleccionados, especialmente en aquellos con esofagitis refractaria al tratamiento, síntomas persistentes o intolerancia a los fármacos antisecretores.

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