3 mitos sobre los carbohidratos

Una de las creencias más comunes sobre los hidratos de carbono, como la pasta y el pan, es que favorecen el aumento de peso. A menudo se cree que para perder peso hay que reducir el consumo de carbohidratos en general, pero esto representa un grave error.

De hecho, es absolutamente erróneo demonizar los carbohidratos como tales. Sin embargo, hay que distinguir entre los azúcares simples (que deben consumirse con moderación) y los azúcares complejos. De hecho, no hay alimentos que hagan engordar o adelgazar: todos los alimentos deben consumirse en las proporciones adecuadas, como parte de una dieta sana y equilibrada.

Los hidratos de carbono complejos se encuentran en alimentos como la pasta y el pan y además:

• son nuestra principal fuente de energía;
• contribuyen a una adecuada sensación de saciedad;
• contienen fibra, que favorece el tránsito intestinal y protege contra el cáncer de colon.

Otro fenómeno común de desprestigio es que los carbohidratos consumidos en la cena contribuyen al aumento de peso. No importa a qué hora del día comamos carbohidratos, sino que debemos prestar atención a la cantidad de carbohidratos que se consumen cada día y al número total de calorías de la dieta.

Este mito se basa en la creencia errónea de que si los carbohidratos se consumen antes de acostarse, es más probable que se conviertan en grasa en ausencia de actividad física posterior. De hecho, el consumo de energía durante el sueño no es muy diferente de cualquier otra actividad sedentaria que se pueda realizar durante el día. Además, la cena, que también incluye hidratos de carbono, favorece el descanso nocturno al estimular la producción de serotonina, la hormona del bienestar.

Una dieta equilibrada que ayude a mantener la salud debe aportar suficientes hidratos de carbono, con predominio de los complejos y los integrales. Según las principales comunidades científicas de la nutrición, los hidratos de carbono deben representar al menos el 50-55% de la ingesta calórica.

No hay pruebas de que la restricción drástica de carbohidratos produzca ningún beneficio real, incluida la pérdida de peso. La pérdida de peso más rápida sólo se observa durante el primer período de dicha dieta, pero los beneficios ya no se ven después. Reducir los hidratos de carbono significa inevitablemente aumentar las grasas y las proteínas, que, si se toman en exceso, pueden ser perjudiciales. La confirmación definitiva viene de la mano de un estudio publicado en 2018 en la prestigiosa revista médica Lancet: las dietas bajas en carbohidratos, aumentan el riesgo de mortalidad y enfermedades cardiovasculares.

Así pues, mantenemos nuestros hábitos alimentarios según la tradición mediterránea y no eliminamos la pasta de nuestra dieta, ¡aunque necesitemos perder peso!