Ayuno intermitente: beneficios y contraindicaciones de la dieta

El ayuno es una práctica muy antigua y primordial: basta pensar en su uso en las religiones y en la historia. Es una fuente de autocontrol que permite una mayor claridad mental y un estado de descanso para el cuerpo.

"La idea es aprovechar el potencial del ayuno para desarrollar un método válido para todos aquellos a los que les resulta difícil seguir y completar una dieta o simplemente desean cambiar sus hábitos alimentarios en beneficio de un estilo de vida más saludable", explica el Dr. Erzegovesi.

Este método consiste en un día de semiayuno a la semana y seis días de dieta mediterránea saludable a base de plantas, asociado a un estilo de vida consciente y activo que incluya una buena dosis de actividad física, relaciones con los demás y unos minutos al día para dedicarse a escucharse a sí mismo sin utilizar el teléfono móvil o la tableta.

Durante la jornada de adelgazamiento preste atención a la cantidad y calidad de los alimentos ingeridos, limitándose al consumo de:

• verduras de temporada;
• grasas vegetales de alta calidad (por ejemplo, aceite de oliva virgen extra y frutos secos);
• caldos;
• alimentos fermentados ricos en probióticos;
• al menos 1,5 litros de líquidos.

"A nivel metabólico, si nuestras células se quedan con menos comida, se produce una reacción para satisfacer las necesidades energéticas: nuestro cuerpo se adapta al ayuno y se equipa para producir energía recurriendo a las reservas celulares. Básicamente, el cuerpo se esfuerza por consumir lo que tiene, poniendo en marcha una serie de mecanismos a nivel celular que eliminan los materiales de desecho acumulados, realizando lo que podemos definir como limpieza de primavera", explica el Dr. Erzegovesi.

Más importantes aún que el día de ayuno son los otros seis días: el objetivo de este ayuno intermitente no es sólo la pérdida de peso, sino la adquisición de los hábitos adecuados que nos lleven a amar la nutrición sana todos los días de nuestra vida, sin que se perciba como un paréntesis temporal o incluso como un sacrificio.

El ayuno debe, de hecho, actuar como un estímulo para agudizar nuestra capacidad de escucharnos a nosotros mismos y distinguir el hambre verdadera de la desencadenada por factores relacionados con la esfera emocional, para aprender a apreciar las verduras, no sólo por sus propiedades, sino también porque pueden resultar sabrosas hasta el punto de desearlas incluso en el resto de la semana.

El ayuno intermitente es un acto médico en toda regla y sólo un adulto sano puede seguir con seguridad este estilo de alimentación; sin embargo, es necesario que, antes de empezar, informe a su médico, especialmente en el caso de trastornos preexistentes, como hipertensión, anemia o diabetes. Es importante evitar el "hágalo usted mismo" y tener siempre un especialista como punto de referencia.

Los efectos secundarios que se pueden encontrar están estrictamente relacionados con las consecuencias de la cetosis:

• dolor de cabeza o mareos;
• una leve sensación de náuseas;
• sensación de debilidad.

Molestias que pueden superarse bebiendo uno o dos vasos de líquido.

Deben prestar más atención quienes, por ejemplo, toman regularmente medicamentos. En este caso es necesario que la situación sea examinada por el médico y que se discuta qué hacer con él.

El ayuno intermitente debe evitarse en el caso de los niños y adolescentes, porque todavía están en plena fase de crecimiento, y de las mujeres embarazadas, que deben evitar cualquier situación de estrés.

Puede resultar un verdadero enemigo para quienes sufren trastornos alimentarios y no tienen detrás un especialista que les ayude.

En cualquier caso, el ayuno nunca debe tomarse a la ligera. En caso de debilidad general u otros síntomas perturbadores, debe terminar necesariamente, ya que su continuación puede dar lugar a formas de malnutrición y a graves consecuencias sobre el estado de salud derivadas de ello.