Electromiografía

¿Qué es?

La electromiografía es un método neurofisiológico de exploración del sistema nervioso periférico que emplea los mismos criterios de localización anatómica que la exploración neurológica, de la que puede considerarse una extensión. La electromiografía añade mayor precisión, detalle y objetividad al examen clínico, así como una mejor comprensión de la fisiopatología de las enfermedades neuromusculares, que pueden quedar oscuras, si no completamente incomprensibles en el examen clínico.

¿Cuándo está indicado este examen?

La electromiografía está indicada en la mayoría de las enfermedades neuromusculares: enfermedades de las neuronas motoras, radiculopatías y plexopatías cervicales y lumbosacras, polineuropatías de diversos orígenes (metabólicas, inflamatorias inmunomediadas), neuropatías compresivas focales (parálisis de Bell, túnel carpiano y síndromes del tarso compresiones del nervio cubital, radial y peroneo), disfunción de la unión neuromuscular (síndromes de miastenia y miasteniforme, síndrome de Lambert-Eaton), miopatías (distrofias musculares pediátricas y del adulto, miopatías inflamatorias autoinmunes).

¿Cómo se realiza?

Las técnicas neurofisiológicas para el estudio del sistema nervioso periférico incluyen métodos basados en la estimulación eléctrica de los nervios (electroneurografía) y el registro del trazado muscular inducido por la contracción voluntaria (electromiografía propiamente dicha), que suele realizarse con electrodos de aguja concéntricos (tipo Adrian-Bronk). A menos que se requiera específicamente, la electroneurografía se realiza con electrodos de superficie tanto para la estimulación de los troncos nerviosos como para el registro de los potenciales eléctricos obtenidos de las fibras sensoriales (Sensory Action Potential - SAP) y motoras (compound Motor Action Potential - cMAP). El registro electromiográfico permite registrar en los músculos en reposo la presencia de la llamada actividad espontánea, que suele correlacionarse con una hipersensibilidad por denervación de las uniones neuromusculares que es indicativa de la actividad del proceso patológico subyacente. El trazo EMG de la contracción voluntaria submáxima y máxima presenta características diferentes dependiendo de si el proceso patológico subyacente es secundario a la degeneración de las motoneuronas espino-bulbares y/o sus ramas axónicas, por un lado, o a una noxa muscular primitiva, por otro. Dado que la adquisición de la señal EMG depende de la contracción voluntaria del paciente, la calidad del examen depende directamente de la cooperación del paciente: la conveniencia de prescribir el examen en pacientes no cooperativos (bebés y niños pequeños, adultos mayores con deterioro cognitivo, etc.) debe evaluarse para cada caso individual en relación con el contenido de información que se espera del examen.

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Contraindicaciones

No existen contraindicaciones absolutas para la realización de un examen electromiográfico, que suele ser bien tolerado salvo en casos especiales (umbral de estimulación eléctrica elevado que obliga a una estimulación de alta intensidad; exámenes electromiográficos extensos con inserciones repetidas en varios grupos musculares). Debe tenerse especial precaución en sujetos frágiles (niños y ancianos), portadores de marcapasos cardíacos (la estimulación eléctrica debe realizarse con un protocolo específico), pacientes en tratamiento anticoagulante (riesgo de hematomas intramusculares).

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