Metástasis cerebrales

Los exámenes de diagnóstico son la tomografía computarizada (TC) y, sobre todo, la resonancia magnética (RM) del cerebro con gadolinio, que también permite evaluar con precisión el número de lesiones.

También son indispensables los exámenes de estadificación del tumor y, en particular, la tomografía computarizada de cuerpo entero.

El mejor tratamiento lo define el neurocirujano junto con el oncólogo y puede ser quirúrgico, radioterápico y radioquirúrgico.

Un estudio multicéntrico ha demostrado que la radiocirugía consigue un 85% de control local de la enfermedad con una baja morbilidad: por ello, el tratamiento radioquirúrgico con el Gamma Knife (que permite administrar altas dosis de rayos gamma incluso en una lesión muy pequeña de forma extremadamente precisa, preservando las estructuras cerebrales circundantes) se propone tanto a los pacientes con una única lesión, como alternativa a la cirugía, como a los pacientes con lesiones múltiples, en sustitución o junto con la radioterapia pancerebral fraccionada.

Hay que precisar que el tratamiento de las metástasis cerebrales es sólo un paso en el plan de tratamiento de un paciente con cáncer. Por ello, la indicación del Gamma Knife la realiza el neurocirujano en colaboración con el oncólogo que evalúa la enfermedad sistémica; para ello, se requieren exámenes de estadificación recientes (generalmente tomografía computarizada corporal total y gammagrafía ósea), además del diagnóstico histológico del tumor primario.

La intervención quirúrgica está indicada en casos seleccionados, como la presencia de una metástasis única procedente de un primario desconocido o la presencia de una lesión voluminosa con efecto de masa y responsable de un déficit neurológico.