Buceo: ¿qué visitas hacer?

"Es importante una prueba específica de aptitud física realizada por un especialista en medicina deportiva o en medicina hiperbárica de buceo para evaluar la presencia de anomalías particulares en el aficionado o atleta.

Aunque la actividad de buceo se considera hoy en día como recreativa, implica un importante esfuerzo físico y por ello es aconsejable obtener un certificado anual que acredite su idoneidad. Las razones que impiden su práctica pueden ser muchas y variadas, y pueden ser de carácter cardiovascular, otorrinolaringológico o respiratorio", explica el Dr. Lanzone.

"Es un deporte altamente cardiovascular, por lo que, como todos los deportes altamente cardiovasculares, es importante someterse a una evaluación cardiológica completa.

No es obligatorio hacerlo, pero es una tontería no someterse a exámenes que puedan interceptar patologías y factores de riesgo, sobre todo teniendo en cuenta la edad media de las personas que practican este deporte", continúa el experto.

"Además de la fascinación de este deporte, que nos permite ver y experimentar paisajes especiales, hay que tener en cuenta que las jornadas en el barco son largas y exigentes. En verano, el sol y el traje de neopreno pueden favorecer la deshidratación, al igual que el peso de los cilindros, mientras que en las demás estaciones se puede producir un estrés emocional, físico y psíquico, además de permanecer mucho tiempo en el agua fría.

Además de una evaluación cardiológica, también es importante someterse a un examen otorrinolaringológico, tanto para descartar problemas en los tímpanos y evaluar la capacidad de compensación de la persona, como para comprobar la ausencia de obstrucciones en los cornetes y pólipos nasales.

Para bucear, también hay que tener una buena ventilación y no padecer asma: por eso la espirometría también es una prueba útil para evaluar estos parámetros", continúa el especialista.

Enfermedades como hipertensión, diabetes, hipercolesterolemia, dislipidemia y obesidad, así como malos hábitos de vida (tabaquismo y sedentarismo) pueden comprometer la práctica de este deporte al exponerse a un mayor riesgo de complicaciones.

"Una simple inmersión, realizada con botellas de buceo en una piscina, quizás climatizada, puede ser menos exigente de lo esperado. Pero cuando te sumerges en el lago, donde está oscuro y hace frío, puedes estar expuesto no sólo a un estrés físico y térmico, sino también a un compromiso emocional importante. En los mares oceánicos o en determinadas condiciones, además, hay fuertes corrientes y el aleteo en esas situaciones es muy difícil.

Así que podemos decir que el buceo es un deporte que alterna entre momentos fáciles y tranquilos y otros más desafiantes¨.

Entre las afecciones cardíacas congénitas importantes que hay que diagnosticar antes de practicar este deporte se encuentra el foramen oval permeable, que es una de las causas de una posible embolia gaseosa arterial y, por tanto, una de las afecciones más temidas por los buceadores, caracterizada por la enfermedad de descompresión.

"El foramen oval permeable está muy extendido, pero a menudo no se reconoce porque es asintomático. Sin embargo, en caso de complicaciones, puede provocar eventos cerebrovasculares como ictus y ataques isquémicos transitorios.

Dado que se trata de una afección con predisposición genética, es conveniente que los familiares cercanos, como los hermanos o los hijos, también se sometan a investigaciones.

Investigar esta condición, entre los buceadores recreativos y, sobre todo, entre los profesionales o los que ya han tenido una enfermedad por descompresión en el pasado, es importante para evitar más riesgos, pero también para intervenir.  El tratamiento del FOP consiste en el cierre percutáneo del dispositivo guiado por ecografía y realizado en la sala de hemodinámica", concluyó el especialista.