Ecografía del aparato urinario

¿Qué es?

La ecografía es la técnica de investigación de primera instancia en el estudio del sistema urinario en pacientes con enfermedades urológicas. Se trata de un método no invasivo, indoloro y sin efectos secundarios que no requiere el uso de medios de contraste ni radiaciones ionizantes, por lo que también está indicado en edad pediátrica y durante el embarazo. También es una opción diagnóstica válida para pacientes con alergias a los medios de contraste o cuyos riñones están dañados y no pueden filtrar el medio de contraste.

El uso de la ecografía tradicional se ha ampliado aún más con la aplicación del Doppler color, que permite visualizar la vascularización de un órgano con el color y, con el Doppler, el tipo de flujo sanguíneo en la misma zona. A nivel renal, puede estudiarse la vascularización del órgano, con las patologías relacionadas (como la estenosis de la arteria renal) y cualquier masa renal (un parámetro especialmente importante para determinar la naturaleza de la masa y dirigir al paciente a investigaciones diagnósticas más profundas, como la TC o la RM del abdomen).

¿Cuándo está indicado este examen?

El estudio del aparato urinario mediante ecografía está indicado para pacientes con antecedentes de infecciones recurrentes, macrohematuria, antecedentes de urolitiasis (cálculos en las vías urinarias), insuficiencia renal, cólico lumbar o trastornos urinarios importantes.

La ecografía puede utilizarse para medir el tamaño de los riñones individuales, estudiar su posición y morfología, el grosor del parénquima y la relación córtico-midular. La ecografía renal es un examen esencial para distinguir las estructuras que contienen líquido (quistes renales) de las masas sólidas.

Es especialmente útil en el estudio de la hidroureteronefrosis (por la que se entiende una dilatación de las cavidades excretoras del riñón y del uréter) y en el diagnóstico de los cálculos radiopacos y radiotransparentes, que aparecen como estructuras hiperecogénicas con un cono de sombra posterior, característica típica de las estructuras densas que no pueden ser atravesadas por el haz de ultrasonidos. La ecografía también puede utilizarse para estudiar el sistema excretor inferior, y en particular la vejiga. La ecografía de la vejiga se utiliza para el diagnóstico de neoformaciones, divertículos o cálculos vesicales y para la evaluación del residuo postmiccional. Con el fin de mejorar la sensibilidad del método para identificar las lesiones vegetativas sospechosas, es útil que las paredes de la vejiga estén distendidas en el momento del examen. También es posible realizar una evaluación morfológica de la próstata y valorar su tamaño (un parámetro especialmente importante en los pacientes que se quejan de trastornos de la micción).

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¿Cómo se realiza?

La investigación requiere un equipo de ultrasonidos moderno, dotado de una sonda convexa y la posibilidad de observar los flujos sanguíneos en forma de imágenes coloreadas, aprovechando el fenómeno físico conocido como "efecto Doppler". El examen se realiza con el paciente en posición supina. Para visualizar mejor el tracto excretor superior, se puede pedir al paciente que adopte diferentes posiciones (de lado, del otro lado, boca abajo) o que contenga la respiración. Para evaluar mejor las paredes de la vejiga, es útil que la vejiga esté acostada en el momento del examen.

Contraindicaciones

Sin embargo, este método tiene numerosas limitaciones, como la presencia de barreras anatómicas (contenido intestinal, estructuras óseas) al paso de los ultrasonidos; la vejiga sólo se investiga adecuadamente con esta técnica si está adecuadamente replegada. Los uréteres no pueden ser explorados excepto en el tracto proximal e iuxtavesical cuando están dilatados. Por último, se trata de un método cuya precisión diagnóstica está estrechamente relacionada con la habilidad y la experiencia del operador y con las características del aparato.

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