Septoplastia

¿Qué es?

La septoplastia consiste en corregir la desviación del tabique nasal, la estructura que divide las dos fosas nasales, mediante la extirpación de la parte de su esqueleto osteocartilaginoso que está desviada y que provoca la obstrucción de la respiración nasal.

Dificultad técnica:
media
Duración media del procedimiento:
20-50 minutos
Duración media de la estancia hospitalaria:
una noche

¿Cuándo está indicado este procedimiento?

La septoplastia es una operación destinada a mejorar el espacio respiratorio nasal y regular el flujo de aire dentro de las fosas nasales. Está indicada principalmente cuando el paciente se queja de obstrucción respiratoria nasal atribuible a la desviación septal, o en todas aquellas condiciones en las que una mejora del flujo nasal puede mejorar la ventilación de los senos paranasales o del oído medio (conectado a la porción de la faringe inmediatamente posterior a la nariz por la trompa de Eustaquio), con el fin de prevenir procesos inflamatorios en este lugar. También puede utilizarse como primer paso quirúrgico en otras cirugías nasosinusales, si una desviación septal hace inaccesibles las estructuras que se operan.

¿Cómo se realiza?

Dependiendo del caso, se pueden colocar placas paraseptales, es decir, láminas finas de silicona, a ambos lados del tabique, que se fijan al mismo con puntos de sutura, e hisopos endonasales. La septoplastia se combina muy a menudo con la turbinoplastia.

Obviamente, el procedimiento varía mucho en función de cada paciente; una de las variantes más comunes es la septoplastia endoscópica, que permite un resultado similar, pero con una incisión más profunda de la mucosa septal y el uso de una óptica rígida. Sin embargo, la operación no tiene una finalidad estética, por lo que no se modifica la forma externa de la nariz.

Step 1

Se realiza una incisión en la parte inferior, pero interna, del tabique nasal (por lo que no habrá cicatriz externa).

Step 2

La membrana mucosa está separada de la parte cartilaginosa y ósea del tabique nasal, en uno o ambos lados.

Step 3

Se identifica la porción desviada del tabique nasal y se elimina, pero dejando suficiente "esqueleto" para asegurar la estabilidad de la nariz

Step 4

La mucosa se recoloca en la parte restante del tabique.

Recuperación

El paciente debe permanecer en observación durante al menos una noche siguiente a la intervención. Cualquier dolor en el lugar de la operación (normalmente leve) se controlará con analgésicos. Durante su estancia en el hospital, el paciente debe informar al personal sanitario de cualquier síntoma nuevo, especialmente de las hemorragias nasales. A la mañana siguiente de la operación, generalmente se retiran las torundas endonasales (si las hay), se aspiran las secreciones nasales y se da el alta al paciente con las placas paraseptales colocadas y la indicación de seguir una terapia (que suele consistir en lavados nasales y el uso de cremas/esprays nasales). La primera revisión postoperatoria se suele programar a los 7-10 días, momento en el que se retiran las placas paraseptales y se comprueba la cicatrización de los tejidos, en base a lo cual se programan otras revisiones. El paciente experimentará durante al menos 10-15 días después de la operación una fuerte obstrucción respiratoria nasal, en particular antes de la retirada de los tampones y las placas; durante el mismo periodo es posible la presencia de secreciones nasales, generalmente rojas/rosadas debido a la presencia de residuos de sangre. Durante unas 3 semanas debe evitar cualquier esfuerzo físico, exposición al calor, tabaquismo, uso de fármacos que favorezcan al sangrado (a menos que se consideren necesarios), sonarse la nariz y estornudar con la boca cerrada (como sustituto, es útil hacer muchos lavados nasales y estornudar con la boca abierta), y seguir cualquier otra instrucción dada por su médico.

Complicaciones a corto plazo

Las complicaciones de la cirugía son variables, dependiendo de las comorbilidades del paciente y de la magnitud de la desviación septal, y se explicarán detalladamente antes de la cirugía. Entre los más comunes están:

  • epistaxis, que no debe confundirse con la presencia de secreciones con un mínimo componente sanguíneo. Si esto ocurre durante la hospitalización, se debe informar a las autoridades sanitarias; si el paciente ya ha sido dado de alta, generalmente se aconseja comprimir la pirámide nasal, aplicar hielo localmente si es posible, y acudir inmediatamente a urgencias.
  • infección de la zona quirúrgica, que requiere una reevaluación médica para un tratamiento médico o quirúrgico adecuado
  • formación de sinequias (adherencias cicatriciales), reduciendo el espacio para el flujo respiratorio.
  • hemoseptum, es decir, una acumulación de sangre por debajo de la mucosa del tabique, que puede requerir un drenaje quirúrgico

Complicaciones de larga duración

Una de las complicaciones de la operación puede ser la perforación del tabique nasal, que en algunos casos puede curarse por sí sola, mientras que en otros puede permanecer a distancia. También es posible que la operación no resuelva o sólo resuelva parcialmente la obstrucción respiratoria nasal. Por otra parte, es muy rara la posibilidad de que se produzca una deformación estética de la pirámide nasal, en particular por "caída" de la punta nasal, si el "esqueleto" de soporte es insuficiente.

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