Itraconazol

¿Qué es?

El itraconazol es un antimicótico azólico utilizado para tratar varios tipos de infecciones fúngicas, tanto superficiales como sistémicas. El itraconazol es un antimicótico de tipo azólico que ejerce su actividad fungicida al interferir en la síntesis del ergosterol.

El ergosterol es un esterol que forma la membrana plasmática de las células fúngicas.

El itraconazol -como todos los antifúngicos azólicos- inhibe una de las enzimas clave en la síntesis del ergosterol: la 14α-demetilasa. La inhibición de esta enzima provoca una acumulación de precursores de ergosterol dentro de la célula fúngica.

Los precursores del ergosterol, cuando alcanzan un nivel demasiado alto en la célula, se vuelven tóxicos para la propia célula y provocan cambios en la permeabilidad de la membrana celular y en el funcionamiento de las proteínas que contiene. De este modo, la célula fúngica está condenada a una muerte segura.

¿Cuándo está indicado este procedimiento?

El uso de itraconazol está indicado para el tratamiento de:

  • Candidiasis de la boca, la garganta y los genitales;
  • Infecciones fúngicas de la piel y las uñas;
  • Esporotricosis linfocutánea;
  • Paracoccidioidomicosis;
  • Blastomicosis;
  • Histoplasmosis;
  • Aspergilosis invasiva en los casos en que no se pueda administrar anfotericina B (otro antifúngico).

¿Cómo se realiza?

Itraconazol está disponible para su administración oral (en forma de cápsulas y solución oral) y para su administración intravenosa (como concentrado para solución para perfusión). Para garantizar el éxito del tratamiento, se recomienda seguir cuidadosamente las instrucciones de su médico, tanto en lo que respecta a la cantidad de medicamento que debe tomar como a la duración de la terapia.

La dosis oral habitual de itraconazol es de 100-400 mg, tomada una o dos veces al día. La cantidad de fármaco a administrar, la frecuencia de administración y la duración del tratamiento dependen del tipo de infección fúngica a tratar y de su gravedad.

Contraindicaciones

El itraconazol puede causar varios tipos de efectos secundarios, aunque no todos los pacientes los experimentan. Esto se debe a la diferente sensibilidad de cada individuo a la droga. Por lo tanto, no es seguro que todos los efectos adversos se produzcan con la misma intensidad en todas las personas.

A continuación se presenta una lista de los principales efectos secundarios que pueden producirse durante el tratamiento con el fármaco.

Reacciones alérgicas

  • Angioedema;
  • Erupciones cutáneas;
  • Trastornos oculares;
  • Enfermedad del suero.

Trastornos del sistema hemolinfopoyético

El tratamiento con itraconazol puede causar:

  • Leucopenia, es decir, una disminución del número de leucocitos en el torrente sanguíneo;
  • Neutropenia, que es una reducción del número de neutrófilos en el torrente sanguíneo;
  • Piastrinopenia, es decir, una disminución del número de plaquetas en el torrente sanguíneo.

Trastornos del sistema nervioso

El tratamiento con itraconazol puede provocar la aparición de:

  • Dolores de cabeza;
  • Mareos;
  • Parestesia;
  • Hipoestesia;
  • Neuropatía periférica;
  • Alteraciones del sentido del gusto.
  • Trastornos oculares

El tratamiento con itraconazol puede provocar alteraciones visuales, como visión borrosa y diplopía.

Trastornos del oído

El tratamiento con itraconazol puede provocar acúfenos (es decir, una alteración auditiva caracterizada por la percepción de zumbidos, silbidos, acúfenos, crujidos, etc.) y puede dar lugar a una pérdida de audición temporal o permanente.

Trastornos gastrointestinales

El tratamiento con itraconazol puede causar:

  • Dolor de estómago;
  • Náuseas;
  • Vómitos;
  • Diarrea o estreñimiento;
  • Indigestión;
  • Flatulencia;
  • Pancreatitis.

Trastornos de la piel y del tejido subcutáneo

Durante la terapia con itraconazol, puede ocurrir lo siguiente:

  • Erupciones cutáneas;
  • Reacciones de fotosensibilidad;
  • Pérdida de cabello;
  • Ulceraciones de la cavidad oral;
  • Síndrome de Stevens-Johnson;
  • Necrólisis epidérmica tóxica.

Trastornos renales y del tracto urinario

El tratamiento con itraconazol puede causar un aumento de la frecuencia de la micción y puede provocar incontinencia urinaria.

Trastornos del aparato reproductor

El tratamiento con itraconazol puede provocar alteraciones del ciclo menstrual y disfunción eréctil.

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