Cirugía endoscópica funcional de los senos paranasales

¿Qué es?

La cirugía endoscópica de los senos paranasales (Functional Endoscopic Sinus Surgery, FESS) suele consistir en crear o reabrir una comunicación estable entre las fosas nasales y los senos paranasales. Una correcta ventilación de los senos, junto con procesos defensivos como una adecuada depuración mucociliar, evita la creación de procesos inflamatorios en los senos. La FESS también puede utilizarse para la exéresis de lesiones intranasales benignas o malignas.

Dificultad técnica:
media
Duración media del procedimiento:
20-60 minutos
Duración media de la estancia hospitalaria:
una noche

¿Cuándo está indicado este procedimiento?

La FESS está indicada en una amplia gama de afecciones inflamatorias nasosinusales, con distintos grados de urgencia. Estos incluyen:

  • sinusitis fúngica invasiva, que es típica de individuos inmunocomprometidos y muy graves
  • sinusitis aguda bacteriana o fúngica, sobre todo si es resistente al tratamiento médico o tiene recaídas. En algunos casos, el origen se denomina odontogénico, es decir, debido a una patología dental subyacente.
  • sinusitis crónica, con o sin desarrollo de pólipos inflamatorios
  • exéresis de lesiones benignas o malignas de las fosas nasales y los senos paranasales

¿Cómo se realiza?

La operación se realiza generalmente bajo anestesia general y por vía endoscópica, es decir, pasando los instrumentos quirúrgicos a través de las fosas nasales, bajo visión endoscópica, utilizando una óptica rígida.

Tras una descongestión de la mucosa que aumenta el espacio de trabajo quirúrgico, el cirujano dirige la intervención hacia las estructuras afectadas gracias a la visión simultánea de la TC preoperatoria (no siempre están afectados todos los senos paranasales). Dependiendo del estado anatómico del paciente y de la patología, se pueden utilizar diversos instrumentos de corte, agarre y fresado. En los casos más difíciles, los cirujanos que trabajan en nuestras instalaciones pueden utilizar un instrumental que permite la neuronavegación, es decir, la visualización en tiempo real en un monitor de la posición de los instrumentos quirúrgicos, con el fin de lograr la intención quirúrgica preservando las estructuras endonasales nobles.

En algunos casos se puede asociar la septoplastia y/o la turbinoplastia, ya sea por la necesidad primaria del paciente o para permitir que se alcancen estructuras de otro modo inaccesibles por la vía endonasal. Al final de la operación, puede ser necesario el taponamiento endonasal (raramente realizado) o la colocación endonasal de dispositivos para facilitar la hemostasia.

Recuperación

El paciente debe permanecer en observación durante al menos una noche después de la operación. Cualquier dolor en el lugar de la operación (generalmente leve) se controlará con analgésicos. Durante la hospitalización, el paciente debe informar al personal médico de cualquier síntoma nuevo, especialmente de las hemorragias nasales. A la mañana siguiente de la operación se aspiran las secreciones nasales y se retiran las torundas, y el paciente suele ser dado de alta, con instrucciones de realizar lavados nasales y utilizar cremas/esprays nasales. La primera revisión postoperatoria suele programarse a los 7-10 días, en base a la cual se planifican los controles posteriores. Durante al menos 10-15 días después de la operación, el paciente experimentará una fuerte obstrucción respiratoria nasal; durante el mismo periodo, es posible que se produzca una secreción nasal, normalmente roja/rosada debido a la presencia de residuos de sangre. Durante unas 3 semanas debe evitar esfuerzos físicos, exposición al calor, tabaquismo, uso de medicamentos que favorezcan al sangrado (a menos que se consideren necesarios), sonarse la nariz y estornudar con la boca cerrada (es útil realizar varios lavados nasales y estornudar con la boca abierta en su lugar).

Complicaciones a corto plazo

Las complicaciones de la operación son variables, dependiendo de las comorbilidades del paciente, de la patología por la que se opera y de los senos afectados; se explican detalladamente antes de la operación. Entre los más comunes están:

  • epistaxis, que no debe confundirse con la presencia de secreciones con un mínimo componente sanguíneo. Si esto ocurre durante la hospitalización, se debe informar a las autoridades sanitarias; si el paciente ya ha sido dado de alta, generalmente se recomienda comprimir la pirámide nasal, aplicar hielo localmente si es posible y acudir inmediatamente al servicio de urgencias.
  • infección de la zona quirúrgica, que requiere una reevaluación médica para un tratamiento médico o quirúrgico adecuado.
  • formación de sinequias (adherencias cicatriciales), reduciendo el espacio para el flujo respiratorio.
  • raramente, puede desarrollarse una penetración en la órbita, con el consiguiente riesgo para la capacidad visual o la motilidad ocular, o puede desarrollarse una comunicación entre la nariz y la cavidad craneal, con la posibilidad de que el LCR pase a la nariz, o de que se desarrolle una meningitis.

Complicaciones de larga duración

La operación de FESS puede no ser concluyente, ya sea por la reaparición de procesos inflamatorios (en particular la rinosinusitis crónica polipoide) o por la falta de radicalidad quirúrgica en caso de exéresis de neoformaciones neoplásicas. Las complicaciones que puedan aparecer con el tiempo incluyen el desarrollo de neuralgias, o el síndrome de la nariz vacía, es decir, la percepción de una falta de flujo de aire a pesar de la presencia de un amplio espacio.

¿Dónde lo tratamos?

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