Amputación del pene o penectomía

¿Qué es?

La amputación del pene (penectomía parcial o total) sigue siendo el estándar de atención para el tratamiento definitivo del cáncer de pene. Aunque la penectomía es necesaria y curativa para los tumores avanzados e infiltrantes, reduce significativamente la calidad de vida del paciente, ya que repercute notablemente en la esfera urológica y sexual.

Los pacientes con enfermedad no invasiva y características favorables pueden ser candidatos a operaciones conservadoras, con el objetivo de conseguir los mejores resultados estéticos y funcionales posibles. Sin embargo, estas técnicas conservadoras aumentan el riesgo de recidiva local en comparación con las intervenciones radicales.

Dificultad técnica:
media
Duración media del procedimiento:
2 horas
Duración media de la estancia hospitalaria:
3 días

¿Cuándo está indicado este procedimiento?

La amputación del pene (penectomía parcial) o la cirugía de penectomía están indicadas en el caso de la presencia de una lesión del pene que se sospecha como una enfermedad carcinomatosa. Los pacientes con enfermedad no invasiva y características favorables pueden ser candidatos a operaciones conservadoras, con el objetivo de preservar la sensibilidad del glande y maximizar la longitud del pene. Sin embargo, en los casos de enfermedad más avanzada, es necesaria la extirpación completa del pene.

¿Cómo se realiza?

Las principales técnicas conservadoras disponibles en la actualidad son

  • tratamiento tópico con 5-fluorouracilo o imiquimod
  • ablación láser (CO2, argón, Nd:YAG o KTP)
  • circuncisión y escisión limitada del glande

La penectomía parcial es el tratamiento más común para los carcinomas de pene infiltrantes. El objetivo principal de esta operación es el control local de la enfermedad y su correcta estadificación, que se consigue mediante la amputación del pene con un margen de seguridad de al menos 0,5 cm. Esta operación también tiene como objetivo mantener la micción en posición ortostática y la actividad sexual, si es posible. La penectomía total, en cambio, se realiza más raramente y sólo si es estrictamente necesaria. La vía urinaria en este caso se desvía a nivel perineal con una uretrostomía perineal. La amputación del pene también se asocia a la realización de una linfadenectomía inguinal en los casos en los que se sospecha una invasión tumoral a nivel de los ganglios linfáticos de esta región.

Recuperación

El proceso de recuperación tras la cirugía es variable dependiendo de si el paciente se ha sometido a una cirugía conservadora o radical. En el caso de los procedimientos conservadores, la recuperación es más rápida, mientras que en los casos más radicales se requieren entre 4 y 6 semanas para una recuperación completa. Es importante destacar que el apoyo psicológico de los especialistas está estrictamente indicado a la hora de atender a los pacientes con esta patología.

Complicaciones a corto plazo

Las complicaciones a corto plazo de la penectomía parcial o total son principalmente dolor local, infección, hemorragia, necrosis y dehiscencia de la herida

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