¿Qué son las moscas volantes en el ojo?

Las miodesopsias son un síntoma visual muy extendido en diversos grupos de edad, que el paciente suele describir como una visión de "moscas volantes". La percepción del trastorno puede variar de un sujeto a otro, manifestándose como un conjunto polifacético de síntomas visuales, como manchas en movimiento, telarañas, pelos, puntos o nubecillas, de tamaño y cantidad variables, que se mueven siguiendo el movimiento de los ojos y parecen "seguirnos" con su movimiento. A pesar de las diferencias, todos los síntomas pueden atribuirse al mismo tipo de fenómeno.

Las miodesopsias están causadas por impurezas internas en el cuerpo vítreo. El cuerpo vítreo es la sustancia gelatinosa que rellena el interior de nuestro ojo, detrás del cristalino. Debe imaginarse como una especie de cojín gelatinoso transparente, perfectamente hinchado en la juventud y la adolescencia, y que llena el ojo en su totalidad.

Con el paso de los años, el vítreo sufre normalmente una pérdida gradual de tono y firmeza, volviéndose progresivamente más irregular y desigual.

Incluso puede ocurrir que en este proceso de "caída", el vítreo se separe de la retina, con la que naturalmente está en contacto, dando lugar al "desprendimiento vítreo". La consiguiente formación de impurezas vítreas internas es la responsable de la visión de todos esos corpúsculos que genéricamente se denominan "moscas volantes".

Por este motivo, aunque todos los grupos de edad pueden verse afectados por las miopías, se dan con más frecuencia en adultos y ancianos, sobre todo cuando se mantiene la mirada fija sobre un fondo claro o especialmente brillante, como una pared blanca.

El trastorno también puede presentarse en buen estado de salud general u ocular, aunque suele acompañar a otras afecciones oculares, la más frecuente de las cuales es la miopía.

Deshidratación y "moscas volantes"

El cuerpo vítreo está formado casi en su totalidad por agua y el resto por azúcares complejos (mucopolisacáridos, entre ellos el famoso ácido hialurónico), sales y proteínas de tipo colágeno.

Por tanto, si la estructura del cuerpo vítreo se deteriora, se produce una fluidificación del componente gelatinoso que, al fragmentarse, da lugar a la formación de esta especie de "cuerpos móviles".

Por eso, en este caso, es fundamental una correcta hidratación corporal por parte del paciente, entendida como la introducción de líquidos en el organismo, que no debe confundirse con la hidratación ocular, que puede dar lugar, si es insuficiente, al llamado ojo seco.

Como norma general, cuando empiece a percibir "moscas volantes" o cuerpos en movimiento en su campo de visión, es conveniente someterse a un examen oftalmológico, sobre todo si observa un aumento de su número en un corto periodo de tiempo o si el síntoma va acompañado de otras alteraciones visuales, como destellos o una reducción del campo visual.

No existe ningún tratamiento farmacológico para curar este trastorno, pero sin duda es una buena recomendación hidratarse adecuada y suficientemente, sobre todo después de practicar deportes intensos y en los meses más cálidos. Muy a menudo, de hecho, ya una correcta ingesta de líquidos puede reducir la percepción del trastorno.

Además, el sujeto puede apoyarse en la capacidad de adaptación del aparato visual: nuestro cerebro tiene la capacidad de "eliminar" la percepción de ciertas impurezas visuales utilizando el otro ojo como mecanismo de compensación.

La terapia quirúrgica, con vitrectomía (que extirpa el vítreo), tendría el potencial teórico de resolver definitivamente el problema, pero se reserva para casos extremos y muy concretos, dado su carácter invasivo.