Angiomas rubí y queratosis seborreica: ¿qué son y cuándo hay que preocuparse?

Angiomas rubí y queratosis seborreica: ¿qué son y cuándo hay que preocuparse?

Fecha de publicación: 02-10-2023

Actualizado en: 02-10-2023

Asunto: Dermatología

Tiempo estimado de lectura: 1 min

Los angiomas rubí y las queratosis seborreicas son formaciones cutáneas muy frecuentes que se desarrollan principalmente en la edad adulta. A menudo, sin embargo, quienes los manifiestan no tienen ni idea de lo que son; si son benignos o malignos y, por tanto, qué hacer al respecto. Por este motivo, hemos pedido a la Dra. Elena Guanziroli, especialista en Dermatología de la Casa di Cura La Madonnina, que nos explique mejor en qué consisten estas manifestaciones cutáneas y cuándo hay que preocuparse.

Qué son los angiomas rubí y las queratosis seborreicas

"Los angiomas rubí y las queratosis seborreicas son tumores cutáneos benignos que suelen desarrollarse en torno a los 30 o 40 años, con tendencia a aumentar en edades más avanzadas. Se dan principalmente en la zona del tronco, aunque pueden aparecer en cualquier otra zona del cuerpo", explica la doctora Elena Guanziroli.

A continuación analizamos sus características con más detalle:

  • los angiomas rubí (también llamados hemangiomas seniles o hemangiomas de Campbell de Morgan, nombre del médico que los estudió por primera vez en el siglo XIX) aparecen como manchas o excrecencias de unos 3/4 milímetros con un característico color rojo brillante o violáceo, como indica la propia palabra "rubí". Son acumulaciones superficiales de capilares dilatados que suelen originarse en una célula endotelial, es decir, las células que forman internamente los vasos sanguíneos;
  • las queratosis seborreicas son crecimientos elevados con una superficie grasa y escamosa, a menudo ligeramente moteada, y un color marrón de tonalidades variables. Inicialmente pueden presentarse como pequeños, de 1/2 mm, pero pueden expandirse hasta ocupar toda una zona de la piel. A veces, pueden confluir más de una queratosis seborreica.

¿Son peligrosos los angiomas rubí y las queratosis seborreicas?

Los angiomas rubí y las queratosis seborreicas son manifestaciones cutáneas de naturaleza benigna que no pueden convertirse en tumores malignos. Sin embargo, especialmente en el caso de las queratosis seborreicas, es importante prestar atención al diagnóstico diferencial con otras patologías. 

¿De qué hay que distinguir los angiomas rubí?

Sólo existe un tipo de angioma rubí, pero hay que tener cuidado, advierte, ya que el término "angioma" suele utilizarse incorrectamente para referirse no sólo a tumores cutáneos benignos, sino también a malformaciones vasculares congénitas más complejas, como lo que se denomina incorrectamente "angioma plano" (también conocido como "marca de nacimiento") para indicar una malformación capilar que produce una mancha enrojecida y no gruesa que tiende a permanecer constante en tamaño.

El angioma rubí también puede confundirse con otros tumores benignos:

  • hemangiomas congénitos: lesiones vasculares que se presentan siempre con una coloración rojo violácea, pero que ya son detectables en el embarazo y en el momento del nacimiento y pueden aparecer también bajo la piel;
  • hemangiomas infantiles: también son neoplasias benignas de color rojo o rojizo que se presentan, sin embargo, después del nacimiento, en los primeros meses de vida del niño;
  • angioqueratomas: formaciones vasculares de color rojo, violáceo o azulado con aspectos queratósicos, que pueden presentarse principalmente en la zona genital, pero también en el tronco y otras extremidades o en la cara;
  • granuloma piogénico (o hemangioma capilar globular): se trata de una proliferación benigna de vasos sanguíneos que se produce con frecuencia tras un traumatismo y se caracteriza por un crecimiento rápido. Suele aparecer en extremidades extremas, como manos y dedos, precisamente porque el desencadenante es un traumatismo. 

¿Cómo distinguir las queratosis seborreicas?

Por otra parte, las queratosis seborreicas deben distinguirse de otras formaciones con las que pueden confundirse, como:

  • lentigo solar, sobre todo cuando éste se encuentra en sus primeras fases. El lentigo solar es una mancha cutánea plana, de tamaño irregular y color más oscuro que su tono natural, que aparece como consecuencia de la exposición al sol, especialmente en la vejez. La queratosis seborreica suele desarrollarse a partir de éste, pero en una fase más tardía;
  • verrugas víricas, excrecencias cutáneas debidas al virus del papiloma;
  • queratosis actínicas, especialmente cuando son de color oscuro y están presentes en la cara. La queratosis actínica es una forma de precancerosis que se manifiesta como una mancha cutánea de color variable, seca y escamosa en la piel dañada por la exposición prolongada al sol y a la radiación UV;
  • carcinoma basocelular: tumor maligno que se forma debido a una mutación en determinadas células de la epidermis y se manifiesta de diversas formas como una protuberancia o una lesión cicatricial de color claro o marrón;
  • melanoma, en casos más raros, cuando las queratosis seborreicas presentan una pigmentación oscura. El melanoma es una neoplasia maligna que se origina por una mutación en las células productoras de melanina (melanocitos) dentro de lunares existentes o en nuevas formaciones.

Especialmente en casos dudosos relacionados con la queratosis seborreica y para un diagnóstico diferencial, es imprescindible acudir a un dermatólogo especialista que procederá a una dermatoscopia o videodermatoscopia que puede ampliar la formación cutánea para verla con más detalle. Además, en raros casos de duda tras el examen objetivo, el médico tomará una muestra para realizar una biopsia.

Cuáles son las causas

Aún se desconocen las causas de los angiomas rubí y las queratosis seborreicas; sin embargo, en la base de estas proliferaciones suele haber una predisposición genética, es decir, antecedentes familiares.

Además, las mujeres embarazadas pueden desarrollar angiomas rubí o angiomas en araña (lesiones capilares en forma de araña) como consecuencia de cambios hormonales que alteran la estructura y la función de los vasos sanguíneos, que posteriormente pueden sufrir una regresión espontánea. La fotoexposición, en cambio, no parece ser la causa de estas formaciones, como podría pensarse erróneamente.

Cuándo hay que ir al médico

Siempre es una buena idea visitar a un dermatólogo si aparece o se nota una formación en la piel:

  • evertida;
  • de color oscuro o irregular;
  • propensa a sangrar;
  • que tiende a crecer rápidamente, sobre todo si lo hace de forma irregular.

"Para quienes presentan lesiones cutáneas diversas, es conveniente realizar revisiones periódicas como medida preventiva con un calendario establecido por el médico, mientras que en los casos estándar, es decir, sin antecedentes familiares ni positividad a determinadas enfermedades malignas, se recomienda una revisión al año, preferiblemente antes del verano y de la exposición solar", añade la doctora.

La fotoexposición, de hecho, puede dar a las manifestaciones cutáneas una coloración diferente y más oscura, por lo que sería aconsejable hacer el examen cuando la piel no esté bronceada.

Cómo curar

Partiendo del hecho de que tanto los angiomas rubí como las queratosis seborreicas son patologías benignas, su extirpación puede ser necesaria si:

  • están situados en lugares incómodos donde pueden sangrar o aplastarse;
  • son estéticamente desagradables;
  • han crecido demasiado.

En el caso de los angiomas rubí, se procede a su extirpación mediante técnicas como:

  • diatermocoagulación: un instrumento que emite impulsos eléctricos de alta frecuencia (diatermocoagulador) "quema" y cicatriza el tejido del angioma;
  • terapia láser: el láser actúa selectivamente sobre el angioma para hacerlo desaparecer en pocos días.

En cambio, las queratosis seborreicas pueden eliminarse mediante:

  • crioterapia: se utiliza nitrógeno líquido para quemar la zona de queratosis congelándola, lo que provoca la muerte celular y la posterior regeneración de la piel sana;
  • curettage: se utiliza un instrumento en forma de cuchara con un borde afilado llamado curette para hacer una incisión en la zona de interés y eliminar la queratosis seborreica. El curettage puede permitir eventualmente analizar la lesión extirpada, procediendo a su examen histológico;
  • terapia láser;
  • diatermocoagulación.

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