Biopsia del pene

La biopsia puede realizarse en cualquier parte del pene: prepucio, glande, cuerpo del pene. En el caso de las lesiones que afectan al meato uretral externo, puede ser necesario realizar una uretroscopia para evaluar la afectación uretral. La extensión de la biopsia depende de las características de la lesión del pene y la decide el urólogo, para que el examen anatomopatológico sea lo más preciso posible.

Existen dos tipos de biopsia, la incisional o la excisional. La biopsia incisional consiste en tomar un fragmento de la lesión con un bisturí. La biopsia excisional, en cambio, implica la extirpación de toda la lesión en cuestión. En cualquier caso, es importante que el muestreo permita evaluar la extensión de la lesión en profundidad. Tras la toma de muestras de la biopsia, se colocarán suturas, normalmente reabsorbibles, para reducir la hemorragia.

Normalmente, si se sospecha una lesión benigna o se encuentra una lesión pequeña, se realiza una biopsia excisional, con intención tanto daignóstica como curativa definitiva. Si se sospecha una lesión cancerosa o de gran tamaño, se puede realizar una biopsia incisional con un examen histológico excisional, de modo que el tratamiento definitivo puede llevarse a cabo inmediatamente en la misma sesión quirúrgica.  Además, si la lesión se localiza en el prepucio, suele ser necesaria la circuncisión.

La biopsia puede realizarse con anestesia local (bloqueo del pene) o con anestesia general, dependiendo de la extensión de la toma de muestras. Las complicaciones asociadas a este procedimiento son mínimas; las más frecuentes son la infección y la dehiscencia de la herida y la hemorragia.