Síndrome de Gardner

¿Qué es?

El síndrome de Gardner es una variante de la Poliposis Adenomatosa Familiar (PAF) con transmisión autosómica dominante, asociada a la presencia de una variante patogenética de línea germinal (mutación) en el gen APC. Además de las manifestaciones intestinales típicas de la PAF (poliposis intestinal, con mayor riesgo de neoplasia colorrectal, poliposis duodenal, ampolla de Vater y hepatoblastoma gástrico, entre otras), el síndrome de Gardner se caracteriza por manifestaciones extraintestinales únicas en comparación con la PAF clásica.

¿Cuáles son los síntomas?

Las manifestaciones extraintestinales del síndrome de Gardner son osteomas del cráneo y la mandíbula, anomalías dentales, quistes epidermoides, desmoides e hipertrofia congénita del epitelio pigmentario de la retina. Los desmoides son neoplasias de tejidos blandos que se presentan en el 12-18% de los pacientes con síndrome de Gardner. Se desarrollan en la región abdominal (pared abdominal y/o intraabdominal), pero también en el tórax y en los miembros superiores e inferiores. A veces tienen un comportamiento localmente invasivo y una alta tasa de recurrencia, pero no tienen potencial metastásico.

¿Cómo se diagnostica?

El síndrome de Gardner está causado por una variante patogénica (mutación) en el gen APC. Las variantes patogénicas en el gen APC se identifican mediante la secuenciación del gen, que es una técnica de biología molecular que identifica las variantes patogénicas mediante dos métodos (Next Generation Sequencing y Multiplex ligation-dependent probe amplification). En particular, regiones específicas del gen APC, cuando están mutadas, predisponen a la aparición de los tumores característicos del síndrome de Gardner. En particular, las regiones comprendidas entre las bases nitrogenadas 1395 y 2000 son las que aumentan especialmente el riesgo de desarrollar tumores desmoides y otros característicos del síndrome de Gardner. El gen APC, cuando está mutado, provoca la multiplicación rápida y descontrolada de las células. Esto conduce a la formación de numerosos pólipos intestinales, cada uno con potencial maligno.

¿Cómo se trata?

Al igual que en la PAF clásica, las estrategias preventivas se dirigen a la identificación temprana de las lesiones preneoplásicas. El tratamiento oportuno de los mismos evitará el desarrollo de una neoplasia avanzada. Por lo tanto, la prevención consiste en la vigilancia periódica de las zonas corporales con riesgo de desarrollar neoplasias, en particular el tracto gastrointestinal (colorrectal, estómago, duodeno y papila de Vater, intestino delgado), la tiroides. La vigilancia de las demás zonas se evalúa caso por caso según el cuadro clínico y/o la familiaridad para la neoplasia en ese distrito. Además, con respecto al distrito colorrectal, cuando los adenomas se vuelven difíciles de manejar endoscópicamente debido al número/tamaño/características, se recomienda la cirugía de colectomía profiláctica. Además de lo comentado en el síndrome PAF, el tratamiento de los tumores desmoides requiere un enfoque multidisciplinar debido a su complejidad. El curso localmente invasivo y variable con alta recurrencia de los desmoides requiere una vigilancia instrumental en pacientes asintomáticos. La resección quirúrgica completa es la opción de tratamiento de primera elección. Para aquellos no resecables o para los que la resección quirúrgica con márgenes libres (R0) no es posible, los tratamientos no quirúrgicos incluyen la radioterapia y/o la quimioterapia.

¿Dónde lo tratamos?

En el Grupo San Donato, puede encontrar :especialistas en afecciones en estos departamentos:

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