Terapia fotodinámica

¿Qué es?

La terapia fotodinámica es un tratamiento que utiliza la irradiación de pequeñas zonas de la piel para tratar diversas afecciones dermatológicas en el ámbito oncológico y estético.

Dificultad técnica:
baja
Duración media del procedimiento:
3 horas
Duración media de la estancia hospitalaria:
n/a

¿Cuándo está indicado este procedimiento?

En oncología -el campo para el que se desarrolló la terapia- se utiliza para tratar lesiones pretumorales y tumorales, carcinoma basocelular superficial, carcinoma de células escamosas in situ (enfermedad de Bowen). La terapia también está indicada en casos de queratosis actínica de la cara y el cuero cabelludo.

La eficacia de la terapia también la ha convertido en una referencia en el tratamiento de otras afecciones: daños solares (fotodiagnóstico) en la cara, el escote y las manos; acné, verrugas, micosis y úlceras.

¿Cómo se realiza?

La terapia fotodinámica consiste en la aplicación de una crema a base de ácido aminolevúnico en la piel en el lugar de la lesión, que luego se cubre durante 3 horas con un vendaje oclusivo para permitir que la sustancia llegue a las células dañadas e infectadas. La molécula utilizada interactúa exclusivamente con las células más inestables, favoreciendo una reacción oxidativa que las destruye cuando se aplica luz (una luz LED roja) durante 10 minutos. En algunos casos, es necesario tratar previamente las lesiones queratósicas eliminando las costras más voluminosas que dificultarían la acción de la crema.

Recuperación

Servicio realizado en un ambulatorio equipado

Complicaciones a corto plazo

El tratamiento se considera una alternativa más tolerada que otras terapias médicas, y como cualquier procedimiento no está exento de riesgos, aunque sean muy pequeños. Se puede experimentar una sensación de ardor/dolor durante el tratamiento. Esto se debe a la acción fototóxica que elimina selectivamente las células dañadas.  Durante las siguientes 24 horas, pueden aparecer ardor y picor, normalmente sólo transitorios, y a veces hinchazón o edema. Estos síntomas desaparecen por sí solos en una o dos semanas. Si son leves, basta con el uso de compresas descongestionantes; si son graves, pueden utilizarse analgésicos.

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