COLONOSCOPIA - RECTOSIGMOIDOSCOPIA

¿Qué es?

La colonoscopia y la rectosigmoidoscopia son exámenes de diagnóstico que permiten examinar la superficie interna del intestino grueso (colon) para reconocer y, en su caso, tratar las posibles afecciones patológicas de este órgano. La colonoscopia tiene por objeto visualizar todo el colon y, a veces, también un pequeño tramo del intestino delgado (íleon), mientras que la rectosigmoidoscopia se limita al último tramo del colon (sigma y recto).

¿Cuándo está indicado este examen?

La colonoscopia y la rectosigmoidoscopia están indicadas cuando se presentan determinados síntomas como hemorragia rectal, diarrea, pérdida de peso importante, estreñimiento grave, para investigar las principales enfermedades que afectan al colon (por ejemplo, la presencia de pólipos, cáncer de colon, divertículos, enfermedad inflamatoria intestinal o infecciones intestinales). Las biopsias (extracción de uno o varios fragmentos de tejido con fórceps), la extirpación de pólipos de colon o el tratamiento de hemorragias intestinales también pueden realizarse mediante estos exámenes.

¿Cómo se realiza?

La colonoscopia y la rectosigmoidoscopia se realizan introduciendo a través del ano un instrumento flexible (endoscopio), dotado de una cámara en su extremo, que avanza a lo largo del colon mediante la insuflación de dióxido de carbono para permitir el estiramiento de las paredes y la inspección de la mucosa. El examen dura una media de 30 minutos y se realiza con sedación mediante fármacos intravenosos para promover una mayor tolerancia al procedimiento. Para someterse a una colonoscopia es necesario realizar una preparación intestinal que consiste en una dieta libre de residuos (frutas, verduras y alimentos integrales) y la ingesta de una sustancia laxante, para permitir que el colon se limpie de heces y así poder visualizar correctamente la mucosa. Para la rectosigmoidoscopia, en cambio, basta con la ingesta de enemas laxantes.

Contraindicaciones

La colonoscopia y la rectosigmoidoscopia son exámenes seguros. Sin embargo, hay complicaciones que pueden ocurrir durante o después del examen, reportadas en sólo 2,8 casos por cada 1000 procedimientos. Las principales complicaciones, la perforación o la hemorragia, pueden resolverse en la mayoría de los casos durante el examen mediante la aplicación de clips metálicos que cierran la perforación o detienen la hemorragia. Además, en pacientes predispuestos, pueden producirse reacciones debidas al uso de sedantes, que pueden reducirse con una correcta anamnesis, la monitorización de los parámetros vitales y la rápida intervención del personal sanitario. La colonoscopia está contraindicada en caso de sospecha de perforación o diverticulitis aguda.

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