Biopsia renal

¿Qué es?

La biopsia de riñón es un procedimiento en el que se extrae un pequeño trozo de tejido renal y se analiza bajo el microscopio en busca de signos de daño o enfermedad. En la mayoría de los casos se realiza introduciendo una aguja a través de la piel hasta llegar al riñón, lo que suele hacerse con el apoyo de dispositivos de imagen (por ejemplo, ultrasonidos).

¿Cuándo está indicado este examen?

Puede ser necesaria una biopsia de riñón para:

  • diagnosticar un problema renal que no puede ser identificado de ninguna otra manera
  • decidir un plan de tratamiento en función del estado del riñón
  • evaluar la naturaleza benigna o maligna de un tumor renal
  • evaluar la agresividad de un tumor renal maligno
  • evaluar la eficacia de determinados tratamientos para la enfermedad renal

¿Cómo se realiza?

El procedimiento está guiado por una ecografía o una TAC. En algunos casos, puede ser necesario utilizar medio de contraste para identificar elementos anatómicos importantes, como estructuras vasculares o renales. Una vez identificado el lugar donde se va a realizar la biopsia, se desinfecta la piel y se introduce la aguja de biopsia. Un anestésico local, previamente administrado, adormecerá la zona de entrada. A veces hay que introducir la aguja más de una vez para llegar a la zona correcta. Al haberse extraído suficiente material, se retira la aguja y se desinfecta la herida y se venda con un vendaje. El procedimiento completo dura aproximadamente una hora.           

Contraindicaciones

Este examen no puede realizarse en caso de: trastornos de la coagulación, hipertensión grave e incontrolable, infecciones renales o perirrenales en curso, infecciones cutáneas en el lugar de la biopsia.

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