Fístula arteriovenosa dural (FAVD)

¿Qué es?

Consisten en una comunicación directa entre arterias y venas sin circulación capilar pero, a diferencia de las malformaciones arteriovenosas, se localizan en el espesor de las meninges cerebrales en relación con las venas de salida del cerebro (senos venosos durales).

La falta de circulación capilar, que normalmente reduce la presión entre las arterias y las venas, crea una presión muy alta en las venas cerebrales, dificultando la descarga de sangre del cerebro.

También pueden desarrollarse a nivel de la médula espinal.

Causas y factores de riesgo

Son patologías poco frecuentes. Representan aproximadamente el 10-15% de las malformaciones arteriovenosas cerebrales.

A diferencia de las malformaciones arteriovenosas, que son congénitas, las fístulas durales son predominantemente adquiridas como resultado de la trombosis de las venas cerebrales debido a una infección, un traumatismo o una intervención quirúrgica.

Sin embargo, no siempre se puede identificar una causa exacta.

¿Cuáles son los síntomas?

El aumento del flujo arterial, resultante de la falta de capilares, puede manifestarse como una sensación de "soplo" sincronizada con los latidos del corazón, perceptible por el oído.

El aumento de la presión en las venas, si afecta a una zona cerebral limitada, puede provocar una hemorragia cerebral o déficits neurológicos focales. Si la dificultad de drenaje venoso afecta a todo el cerebro, puede producirse un deterioro progresivo de todas las funciones cerebrales (demencia).

El aumento de la presión también puede manifestarse en la disminución de la visión resultante de la alteración del nervio óptico (papiledema).

Por último, si las fístulas afectan a la médula espinal, pueden manifestarse con un deterioro progresivo de la marcha, trastornos de la sensibilidad y del control de los esfínteres.

Las fístulas durales son difíciles de diagnosticar: las quejas suelen ser vagas y poco específicas.

¿Cómo se diagnostica?

Una resonancia magnética puede hacer sospechar una patología de este tipo, pero la única prueba para obtener un diagnóstico definitivo es la angiografía cerebral, que investiga en detalle los vasos arteriales cerebrales.

Exámenes sugeridos

¿Cómo se trata?

Algunos tipos no requieren tratamiento quirúrgico ya que no tienen riesgo de hemorragia cerebral. Otros requieren tratamiento, que puede ser quirúrgico, endovascular o una combinación de ambos.

El tratamiento óptimo se elige según las características específicas de la fístula y su localización, con una evaluación conjunta entre cirujanos y neurorradiólogos.

¿Dónde lo tratamos?

En el Grupo San Donato, puede encontrar :especialistas en afecciones en estos departamentos:

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