Cánceres de piel no melanoma

¿Qué es?

El cáncer de piel no melanoma (NMSC) es, con mucho, el cáncer más frecuentemente diagnosticado. Los NMSC más comunes son el carcinoma de células basales (CBC) y el carcinoma espinocelular (CCE), que representan el 70% y el 25% de los NMSC, respectivamente, aunque los cánceres de piel pueden surgir de cualquier célula huésped de la piel. Los NMSC presentan un comportamiento, un crecimiento y una capacidad metastásica diferentes; sin embargo, tanto el CBC como el CCE tienen un buen pronóstico, especialmente cuando se detectan en sus primeras fases. El CBC contribuye mínimamente a la tasa de mortalidad (MR) de los NMSC. De hecho, el CBC metastásico presenta una incidencia de 1 caso por 14 000 000 y 2 pacientes por 14 000 000 mueren de CBC localmente avanzado. Por lo tanto, cabe esperar una MR de 0,02 por 10.000. Por otro lado, el CCE muestra una tasa metastásica variable del 0,1 al 9,9% y representa aproximadamente el 75% de las muertes debidas al NMSC.

El CBC se caracteriza por tener células parecidas a las células basales epidérmicas y es el NMSC menos agresivo. De hecho, el CBC presenta un bajo grado de malignidad a pesar de la capacidad de invasión local, destrucción de tejidos, recurrencia y un potencial limitado de metástasis. Los factores de riesgo individuales para el CBC incluyen el sexo, la edad, la inmunosupresión, las enfermedades genéticas (por ejemplo, el síndrome de Gorlin-Goltz) y los tipos de piel I y II de Fitzpatrick. Sin embargo, la radiación ultravioleta (UV) desempeña un papel más importante en la patogénesis del CBC, aunque la relación entre la radiación UV y el desarrollo del CBC sigue siendo muy controvertida. El CBC se desarrolla principalmente en la piel expuesta al sol. De hecho, el CBC rara vez se encuentra en las superficies palmoplantar y nunca aparece en la mucosa.

El CCE se caracteriza por una proliferación atípica de células escamosas invasivas, que pueden hacer metástasis. Además, los CCE muestran un considerable potencial de recidiva, que depende del tamaño del tumor, el grado de diferenciación histológica, la profundidad de la lesión, la invasión perineural, el sistema inmunitario del paciente y la localización anatómica. Se han descrito varios factores de riesgo en pacientes con CCE, como los tipos cutáneos I y II de Fitzpatrick, la actividad al aire libre, las camas de bronceado, los tipos 16, 18 y 31 del virus del papiloma humano (VPH) y las enfermedades cutáneas heredadas genéticamente, como el albinismo, el xeroderma pigmentoso y la epidermodisplasia verruciforme. Sin embargo, el factor de riesgo más importante es la radiación UV y la luz solar.

¿Cuáles son los síntomas?

Los cánceres de piel no melanoma no causan ningún síntoma en particular. A menudo pueden manifestarse como lesiones eritematosas y queratósicas (es decir, lesiones de color rosa rojizo que provocan descamación), otras veces pueden evolucionar hacia la nodulación y la ulceración.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se realiza mediante un examen clínico, asociado a una evaluación dermatoscópica de las lesiones cutáneas sospechosas. En consecuencia, las sospechosas se extirpan o se les practica una biopsia para realizar un examen histológico.

¿Cómo se trata?

Los cánceres de piel no melanoma pueden tratarse de diferentes maneras, es decir, mediante crioterapia, diatermocoagulación, cremas de aplicación, terapia fotodinámica o extirpación quirúrgica. En las lesiones más nodulares e infiltradas, así como en las formas metastásicas, a veces es necesario recurrir a la radioterapia o a la terapia sistémica (p. ej., inhibidores de hedgehog o inmunoterapia).

Procedimientos sugeridos

¿Dónde lo tratamos?

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