Adenomiosis

¿Qué es?

La adenomiosis se define como la presencia de tejido endometrial (capa mucosa interna del útero) en la profundidad del miometrio (capa muscular del útero), lo que da lugar clínicamente a un útero agrandado. El tejido endometrial puede estar presente de forma difusa en todo el miometrio o de forma focalizada, formando una colección circunscrita denominada adenomioma.

La verdadera incidencia de la adenomiosis se desconoce debido a la falta de criterios de diagnóstico estándar tanto por modalidades de imagen como por análisis patológicos.

La etiología de la adenomiosis es desconocida y se han propuesto varias teorías. Los factores de riesgo propuestos para la enfermedad incluyen exposición a estrógenos, paridad y cirugía uterina previa.

En ocasiones, las pacientes con adenomiosis también pueden padecer otra enfermedad, como la endometriosis, que es la proliferación de tejido endometrial en la cavidad uterina.

¿Cuáles son los síntomas?

  • Sangrado uterino anormal (40-60%)
  • Dismenorrea (20-30%)
  • Dispareunia (10%)
  • Dolor pélvico crónico (5-10%)
  • Infertilidad (10-15%)

¿Cómo se diagnostica?

Históricamente, el diagnóstico de adenomiosis se ha hecho por los hallazgos histológicos después de una histerectomía. En la histerectomía, a menudo el útero está agrandado globalmente con zonas de hemorragia focal. En el examen microscópico, la adenomiosis se identifica cuando se encuentra tejido endometrial dentro del miometrio.

El diagnóstico histológico de la adenomiosis también puede obtenerse a partir de biopsias miometriales histeroscópicas o laparoscópicas. Por otra parte, la adenomiosis no presenta signos patognomónicos en la histeroscopia y estos tipos de biopsias son muy poco frecuentes en la práctica clínica.

Comúnmente, el diagnóstico de adenomiosis se hace histológicamente; sin embargo, el uso de imágenes puede ayudar a guiar el diagnóstico diferencial. Las dos modalidades más comunes son la ecografía transvaginal (ETV) bidimensional (2D) o tridimensional (3D) y la resonancia magnética (RM), aunque no existan criterios de diagnóstico por imagen estándar para la adenomiosis.

¿Cómo se trata?

Las opciones de tratamiento para la adenomiosis incluyen tanto el manejo médico como el quirúrgico. Los anticonceptivos orales combinados de forma continua o las altas dosis de progestágeno pueden ayudar a mejorar los síntomas al inducir la amenorrea y, durante un corto periodo de tiempo, también pueden inducir la regresión de la adenomiosis. El dispositivo intrauterino de levonorgestrel (DIU-LNG) es actualmente uno de los tratamientos más eficaces para la adenomiosis. Actúa liberando 20 μg de levonorgestrel al día durante un máximo de 5 años, lo que provoca una mejora de los síntomas. Los agonistas de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRHa) también pueden ser eficaces en el tratamiento de la adenomiosis. Además, estas terapias deben limitarse en el tiempo, ya que provocan una supresión de las gonadotropinas hipofisarias y, por tanto, inducen un estado médico menopáusico e hipoestrogénico.

Históricamente, el tratamiento estándar de la adenomiosis ha sido la histerectomía. Es el único enfoque que proporciona un tratamiento definitivo para las pacientes con adenomiosis. Este procedimiento puede realizarse por vía laparoscópica, vaginal o abdominal. Por lo general, es el tratamiento de elección para las pacientes con síntomas importantes que han terminado de tener hijos.  Sin embargo, no siempre es una opción para las pacientes, especialmente para aquellas mujeres que desean ahorrar opciones de fertilidad o que no son buenas candidatas quirúrgicas debido a otras comorbilidades. De hecho, la determinación del tratamiento óptimo para las pacientes debe ser discutida por un equipo especializado de ginecólogos.

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